A Estrada pierde en accesibilidad (temporalmente)

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA

A ESTRADA

R. G.

Las obras previas a los nuevos asfaltados urbanos eliminan las rampas para personas con problemas de movilidad

25 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Los operarios municipales de A Estrada han empezado la semana realizando en varias calles del casco urbano unas obras que, por insólitas, le han obligado a dar muchas explicaciones. Los trabajos consisten en derribar las rampas de hormigón colocadas hace unos años para solventar los históricos problemas de movilidad que sufrían muchas calles de A Estrada.

Así, sin más explicación, parece absurdo pasar trabajo para deshacer algo que tardó en llegar pero que estaba bien hecho. Por eso algún afectado no dudó en abordar ayer a los trabajadores para exigirles una explicación ante semejante incongruencia. Los operarios zafaron como pudieron, pero las respuestas de verdad las tiene el Concello.

La supresión de las rampas tiene una razón de ser. Obedece a las inminentes obras de asfaltados previstas en diez calles del casco urbano: la tercera travesía de la Avenida de América, la calle Forcarei, Cerdedo, Serafín Pazo —en el tramo del Teatro Principal—, la rúa 36, Matadoiro, Justo Martínez —de San Antón a Calvo Sotelo—, Marqués de la Vega de Armijo, la Avenida de Santiago —de la Avenida de Pontevedra a la rotonda de la Avenida da Cultura— y el aparcamiento junto al Teatro Principal.

El nuevo plan de asfaltados conlleva el recrecimiento de los pasos de peatones para dejarlos a la altura de la acera, siguiendo la normativa europea de accesibilidad y el sentido común, ya que de esta forma las personas con problemas de movilidad pueden circular libremente por la ciudad sin obstáculos que condicionen sus itinerarios.

En la anterior oleada de asfaltados urbanos ya se actuó de esta forma en los pasos de peatones. Entonces, primero se hizo el asfaltado nuevo y luego se retocaron las entronques con las aceras, para evitar la supresión temporal de las rampas. Sin embargo, aquellas obras provocaron una marea de críticas por el asfalto que invadía toscamente las aceras y que tardó semanas en ser retirado. Esta vez, para evitar aquel chaparrón, el gobierno ha optado por suprimir primero las rampas para que luego el asfaltado se pueda realizar más limpiamente.

La incógnita ahora son los tiempos. Cualquiera puede admitir unos días de inconvenientes a cambio de una mejora final, pero habrá que ver si la agilidad es la que debiera. El inicio de los trabajos está previsto para la próxima semana y la finalización no tiene fecha concreta.