La continuación hasta A Estrada de la AG-59 supera el trámite ambiental

Rocío García Martínez
Rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

Miguel Souto

La Consellería fija condicionantes al proyecto para garantizar la mínima afección

10 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La continuación de la autovía Santiago-A Estrada (AG-59) ha dado un nuevo paso. La Xunta de Galicia acaba de informar favorablemente desde el punto de vista ambiental el proyecto de construcción del tramo que discurrirá entre A Ramallosa (Teo) y O Rollo (A Estrada). Se trata de un tramo de 7,5 kilómetros integrado por un total de quince estructuras: tres viaductos —uno de ellos sobre el río Ulla—, siete pasos inferiores, tres superiores y dos muros. El trazado contempla además 16 drenajes transversales. El objetivo es darle continuidad al trazado entre la AP-53 y A Ramallosa —actualmente en servicio— para conectar también por autovía los concellos de Teo y A Estrada.

La declaración de impacto ambiental emitida por la Dirección Xeral de Calidade Ambiental, Sostibilidade e Cambio Climático y publicada este martes en el Diario Oficial de Galicia (DOG) incluye una serie de condicionantes al proyecto para garantizar la mínima afección de la infraestructura a los valores del medio y a la protección de los elementos patrimoniales del entorno. Según explicó ayer el alcalde estradense, José López, el documento tiene en consideración parte de las alegaciones presentadas a la ampliación de la AG-59.

El proyecto había recibido en su día más de 60 alegaciones tanto de particulares como de asociaciones y concellos. El propio Concello de A Estrada pedía un estudio exhaustivo de las reposiciones de canalizaciones de riego y abastecimiento vecinales, así como un aumento de la permeabilidad de la autovía. El Concello demandaba además dos pasos inferiores para mantener la comunicación entre los lugares de Cerqueira y A Torre de Vilar y Carbia, ya que el trazado de la vía de alta capacidad cortaba esa carretera municipal en Santa Cristina de Vea. Otra de las demandas era un paso seguro para los peregrinos que recorren el Camiño da Geira e dos Arrieiros, acondicionando zonas peatonales adecuadas para su tránsito.

El informe ambiental favorable pone fin a la tramitación ambiental del proyecto constructivo. La Consellería de Medio Ambiente lo ha trasladado a la Axencia Galega de Infraestruturas, como organismo promotor, para que pueda continuar con los trámites necesarios para la ejecución.

López quiere concretar con Rueda el plazo para licitar las obras del primer tramo

De entrada, la Xunta había planteado una primera prolongación de la autovía solo hasta el puente sobre el Ulla en Pontevea. Sin embargo, al final los técnicos consideraron más conveniente construir un nuevo viaducto sobre el río y hacer llegar la autovía hasta O Rollo, ya en territorio estradense, ya que de lo contrario se corría el riesgo de crear un embudo en el núcleo de Pontevea. Con este planteamiento, los costes se dispararon, con lo que aunque el estudio de impacto ambiental aprobado se refiere a la prolongación completa, la Xunta ya ha decidido que la ejecutará en dos fases diferentes.

La primera, que abarca de A Ramallosa a Pontevea, suma unos 3,7 kilómetros de longitud y tiene un coste aproximado de 30 millones de euros. La segunda, de Pontevea a O Rollo, son algo más de cuatro kilómetros. Se calcula que la actuación completa costaría setenta millones de euros.

Proyecto constructivo

De momento, solo el primer tramo está encaminado. La empresa adjudicataria de la redacción del proyecto constructivo lo ha entregado a la Xunta, que está recabando los informes técnicos precisos. Una vez que el proyecto esté aprobado podrá lanzarse la licitación de las obras. Las expropiaciones para ese tramo ya están hechas y pagadas desde hace tres años.

Cuatro millones consignados

Sin embargo, los presupuesto de la Xunta para este año solo consignaban cuatro millones de euros para las obras de la autovía AG-59. El alcalde estradense, José López, anunció ayer que se sentará a hablar con el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, para analizar las posibilidades de lanzar la licitación de las obras del primer tramo este mismo año o, en cualquier caso, para concretar plazos de actuación.

Una ampliación estancada desde el 2008 con un coste estimado de setenta millones

El primer tramo de la autovía AG-59 —entre Santiago y A Ramallosa— se inauguró en octubre del 2008. Entonces se daba por seguro que la vía de alta capacidad llegaría enseguida a A Estrada y se hablaba incluso de conectarla con la comarca de Terra de Montes. Han pasado más de trece años en los que la Xunta ha reformulado varias veces el proyecto, pero de momento la autovía sigue muriendo en A Ramallosa.

Según explica el alcalde estradense, la pretensión de la Xunta es licitar el primer tramo y mientras este se construye completar el proceso técnico para licitar el segundo, para el que las expropiaciones ya está en marcha.

«No barajo otra información que no sea ejecutar las obras, pero hay que ser conscientes de la magnitud del proyecto y ver las posibilidades presupuestarias. El coste estimado hasta O Rollo serían 70 millones», explica José López.