Manuel, por su parte, tiene previsto seguir al frente del negocio «mientras me encuentre bien». «Puedo jubilarme cualquier día, pero de momento no quiero. Con la crisis del ladrillo y luego el maldito covid el negocio bajó, pero tampoco tenemos gastos, así que sigo aguantando y voy sacando mercancía», dice.
El negocio sigue teniendo una colección impresionante de telas que ya no son fáciles de encontrar en ninguna parte. «Son telas de calidad, fabricadas en España.. No se encuentran fácilmente, por eso tenemos clientes que nos llegan de fuera buscando cosas concretas», explica Manuel.