«A mucha gente le gusta cambiar a menudo de muebles y escoge los más económicos, pero en realidad la calidad sale más barata a la larga y es más ecológica, no se genera tanta basura», explica Manuela.
Además de la calidad, la otra gran baza de García Lorenzo es la fabricación a medida de cualquier diseño. Como en todo, en muebles también hay modas. «Ahora están tirando las líneas más rectas, más puras, y la madera de castaño con acabado natural», dice Manuela. Lo bueno de la empresa es que, sea lo que sea lo que el cliente imagina, puede hacerlo. García Lorenzo es una firma con amplia experiencia, los pies en la tierra y una única meta: «Poder seguir haciendo muebles».