A Rula descubre nuevos petroglifos en As Quenllas dos Carballo de A Estrada

Xosé Ameixeiras
X. Ameixeiras REDACCIÓN / LA VOZ

A ESTRADA

A Rula

Halló diversas figuras en un santuario rupestre con dedicatoria a Diana

24 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El colectivo compostelano dedicado a la investigación y a la divulgación del arte rupestre A Rula acaba descubrir nuevo petroglifos en A Quenlla dos Carballos, en la parroquia de San Xurxo de Vea, en A Estrada. Están a poca distancia del río Ulla. Son dos estaciones con media docena de paneles que constituyen un santuario rupestre con una dedicatoria a la diosa romana Diana.

Los miembros de A Rula lo califican como un yacimiento «excepcional» al combinar motivos del arte atlántica gallega en un lugar de culto precristiano posteriormente cristianizado junto al Ulla. Es más, abundan en que se trata de «un espazo sacro cun uso moi prolongado ao longo do tempo, comezando no Calcolítico ou Bronce inicial». Incluye combinaciones de círculos concéntricos, de esos primeros tiempos, y grabados de hasta el siglo I, según se desprende de una inscripción votiva dedicada a la diosa Diana. A todo ello hay que añadir las cruces, «dunha presumible cristianización», o simplemente para señalizar territorios.

Ya estaban catalogados unos motivos históricos, pero no todo este arsenal gráfico sobre esquisto. En el primer panel hay seis combinaciones circulares de diferente tamaño, pero la mayor tiene 98 centímetros de diámetro, una de las más grandes de Galicia. Está formada por nueve anillos, cuatro cavidades circulares y un surco de salida. Las demás están casi unidas, pero sin tocarse. Las forman entre cuatro y dos aros y miden entre 20 y 45 centímetros de diámetro. Hay tantas juntas que dicen en A Rula que es «un verdadeiro monumento prehistórico ao horror vacui», de 4.000 años de antigüedad.

En el segundo panel hay unas cazoletas, pero en el tercero, una pared vertical de cinco metros, se ve una embarcación, con su proa y su popa, una especie de precedente prehistórico de la Traslatio. Y sobre el barco, una posible alabarda o banderola o estandarte. Está todo acompañado de dos cruciformes históricos, una cruz latina y otra griega, una combinación circular de 30 centímetros de diámetro y otra de 50.

En los demás paneles hay cavidades y oquedades antropoides, más anillos combinados y cazoletas. Además, de todo este conjunto hay que destacar su alineación con respecto al Pico Sacro de Santiago en el orto del lunasticio mayor norte (sucede cada 16,8 años), «o que evidencia —según A Rula— a existencia no lugar dunha adoración a unha deidade indíxena lunar», que los romanos convirtieron en un culto a Diana. El especialista Juan Manuel Abascal Palazón, que contó con la colaboración de otros investigadores, interpreta la inscripción hallada como: «Titus Aulius Arcisus realizó libremente esta dedicación para Diana como consecuencia de una visión, (un sueño, algo revelado)».

Según A Rula, este santuario rupestre «representa un marcador astronómico ideal para monitorizar o rango de variación da lúa» y sus distintas fases.