Emotivo homenaje en recuerdo de Loli Carracedo en el CEIP de Figueroa

David Cofán Mazás
David Cofán A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

cedida

La profesora falleció en julio de 2020 en un trágico accidente doméstico

22 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La enorme huella que dejó Loli Carracedo en todos aquellos que la conocieron quedó claro en el sentido homenaje que le brindó el CEIP de Figueroa, donde fue profesora desde el 2008, cuando aterrizó junto a su marido, José Valcárcel, tras 23 años de docencia en el CEIP Pintor Antonio Fernández de Goián (Tomiño). Decenas de personas, entre las que se encontraban no solo la comunidad educativa del centro estradense, si no vecinos, familiares, antiguos alumnos y amigos de la profesora llegados desde la localidad del sur de Pontevedra. En este emotivo acto participaron el jefe territorial de Educación de la Xunta en Pontevedra, César Pérez Ares; el alcalde de A Estrada, José López Campos; la concejala de Educación, Amalia Goldar; la directora del Pintor Antonio Fernández, Mirta Isabel Misa, la jefa de estudios del colegio de Figueroa, Montserrat Uzal y el director, José Manuel Reboredo.

El homenaje se realizó primero en el patio del centro, donde se plantó un acebo y dos alumnas del colegio leyeron sendos poemas en memoria de la profesora fallecida por un accidente doméstico en julio del 2020. La primera en tomar la palabra fue Montserrat Uzal, que describía a Loli como «a voz da sabedoría dentro do claustro» y manifestaba la «rabia no corazón pola súa perda». El representante autonómico, César Pérez, recordó su figura indicando que siempre fue «un exemplo como docente».

El regidor también dedicó unas palabras a Loli reiterando que este era un homenaje «necesario, merecido e doloroso» y señaló que representaba los valores que «cada vez escasean máis na sociedade». Además, López Campos aprovechó para agradecer el esfuerzo de la comunidad educativa en estos tiempos.

Los momentos más emotivos tuvieron lugar con las intervenciones de la directora del centro de Goián, en el que trabajó durante más de dos décadas, recordando entre lágrimas la importancia de su figura a la vista del desplazamiento hasta A Estrada de sus antiguos compañeros y familiares. Por último habló su viudo, José Valcárcel, que apenas pudo articular palabras por la emoción del momento, apoyado por una sonora ovación.

El acto se cerró descubriendo una placa con su nombre, que denominará para siempre a la sala de profesores del colegio.