La maleza asfixia la Torre de Guimarei

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

Miguel souto

La antigua fortaleza medieval de A Estrada avanza hacia la ruina total

09 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Si nadie le pone remedio, la Torre y el Pazo de Guimarei (A Estrada) acabarán siendo un montón de piedras desmoronadas. La torre es lo que queda de una antigua fortaleza medieval que presuntamente fue destruida durante las revueltas irmandiñas del siglo XV. El pazo es posterior. Se construyó adosado a la torre entre los siglos XVII y XVIII.

Ambas construcciones forman parte hoy de un conjunto monumental de carácter privado. La torre está declarada Bien de Interés Cultural (BIC), pero ello no la ha librado del deterioro. Pese a los desbroces que ocasionalmente se realizan en el entorno, la maleza avanza imparable y reclama su espacio. En la actualidad, el acceso al conjunto resulta dificultoso por la proliferación de zarzas. Pero ese es un problema que se soluciona rápidamente con una buena desbrozadora. Lo realmente preocupante es el deterioro progresivo de los muros, por donde las plantas trepadoras escalan sin freno. La vegetación cubre buena parte de la fachada del pazo. No se libra ni el escudo de armas colocado sobre la puerta principal. La ausencia de puertas y ventanas permite el acceso de los curiosos al interior, que conserva servicios, habitaciones, cuadras y una impresionante cocina con chimenea. Pese al abandono absoluto, el interior se conserva razonablemente bien.

Tiene más peligro la torre medieval, que ahora se alza a 10 metros de altura pero que en su día pudo llegar a los 15. Una de las paredes está parcialmente desmoronada y las gruesas raíces que se abren paso entre los sillares amenazan con desestabilizar el monumento.

Un SOS en versión grafiti

Tanta pena da ver el conjunto abocado a la ruina total, que alguien ha lanzado un SOS en forma de grafiti sobre el cartel informativo del monumento. «Mirade por ela xa», se lee en el panel.

El Concello de A Estrada parece haber hecho al fin algo de caso. Según informa el alcalde, José López, en los últimos días se ha reunido con los propietarios, que se han comprometido a encargar un informe sobre el estado del monumento y a frenar su deterioro. Al menos está previsto actuar sobre la cubierta del pazo y asegurar la consolidación de los muros. De lo que no se ha hablado en absoluto es de plazos. Conviene que el compromiso no caiga en el olvido, porque la naturaleza no entiende de prórrogas.