A Estrada vio nacer cuarenta nuevas empresas en el año de la pandemia

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

cedida

El programa municipal de ayudas registró tres solicitudes más que en 2019

30 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Dicen que la necesidad agudiza el ingenio. Quizás por eso A Estrada ha visto nacer nada menos que cuarenta empresas nuevas en el año de la pandemia. El Concello acaba de hacer recuento de las firmas que solicitaron ayudas al amparo del programa municipal de apoyo a las nuevas empresas y se ha topado con cuarenta peticiones de firmas alumbradas durante el 2020. Son tres más que en el año 2019, cuando el covid-19 aún no lo había desbaratado todo.

Desde el departamento estradense de empleo valoran «moi positivamente» los datos. «Son mostra de que a economía local se move, inclusive cando as condicións non poden ser máis adversas», dicen. Tal y como figuraba en las bases de la convocatoria, este año podían acogerse a las ayudas aquellas personas que hubiesen iniciado una actividad económica en el municipio entre el 1 de enero y el 31 de diciembre del 2021. Para reforzar el apoyo a las personas emprendedoras, el Concello incrementó la partida presupuestaria destinada a esta finalidad en 6.000 euros, pasando de los 24.000 a los 30.000 euros. Las ayudas son a fondo perdido y pueden llegar hasta los 2.000 euros por proyecto empresarial.

El Concello agilizará los trámites de valoración y concesión de las ayudas para que las empresas puedan cobrarlas antes del próximo mes de junio.

Susana García: «Se non chega a ser polo covid ao mellor nunca creo a miña firma»

La firma Susana García Modista es una de las cuarenta que han brotado de la pandemia en A Estrada. Susana García Lorenzo tiene 28 años y vive en Santeles, donde tiene su taller de confección. Hace siete años que empezó a estudiar Confección en la academia compostelana Susa Suárez. Lo hizo empujada por su madre, que veía en el sector una buena salida laboral para estos tiempos difíciles. A Susana coser le gustaba lo justo, pero en la academia empezó a cogerle el gusto. Empezó a hacer pequeños arreglos y a disfrutar con cada diseño.

La estradense, sin embargo, nunca se había atrevido a lanzarse a la confección de forma decidida. «Traballaba de camareira. No verán houbo traballo, pero en outubro baixou moito e tiven que ir ao paro. Foi entón cando me decidín a poñerme como modista. Se non chega a ser polo covid ao mellor non o facía nunca», dice Susana.

La estradense ha empezado con buen pie. Las redes sociales y el boca a boca la están ayudando mucho. «Fago de todo, desde vestidos para vodas ou cerimonias, ata camisas de andar pola rúa. Tamén sábanas, mantas, traxes de Xeneral do Ulla, maillots de patinaxe.....», explica.

Ahora que la hostelería respira un poco, ha vuelto al sector y compagina su negocio con el trabajo de camarera. Casi no da abasto. «Ata xullo xa estou a tope de encargos», dice contenta de haber dado el paso. Su sueño: combinar la confección a medida con el lanzamiento de una colección con su propia marca.