A Estrada suma 669 contagiados al cumplirse el primer año de pandemia

r. g. / o. p. A ESTRADA, LALÍN / LA VOZ

A ESTRADA

Miguel Souto

El 3,2 % de los estradenses han sufrido el covid-19, que se cobró 10 vidas

11 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Mañana se cumple exactamente un año del arranque de la pandemia en A Estrada. Fue el 12 de marzo del 2020 cuando el covid-19 empezó a ser noticia local al trascender un caso en un trabajador de la empresa Martínez Otero. Aquel operario residía en Ferrol, pero a los pocos días se confirmaba un segundo positivo en un compañero que vive en A Estrada. Por esas fechas ya lidiaban también con lo desconocido el exconselleiro de Xustiza, Jesús Palmou, y su mujer, Mari Carmen Cibeira, y días después los contagios empezaron a gotear generosamente.

Desde aquel día hasta la fecha el municipio de A Estrada ha sumado, en diferentes olas, 669 contagiados registrados oficialmente. Seguramente habrán sido más. Es probable que hayan quedado fuera del cómputo muchos asintomáticos y algunos casos confundidos en su día con catarros o gripes. La cifra indica que el 3,2 % de los estradenses han sufrido el covid-19. La gran mayoría han conseguido recuperarse, pero diez no han podido con la pandemia. La primera víctima local del coronavirus fue Paco Cuervo, un hombre de 86 años que había participado en un viaje del Imserso a Castellón. Falleció el 12 de abril. Tras él cayeron otros nueve vecinos, todos de 80 años en adelante.

Los datos oficiales fijan en el 13 de marzo del 2020 el inicio de la primera ola en A Estrada. Aquella embestida inicial del virus alcanzó su pico máximo el día 6 de abril, con 60 pacientes activos simultáneamente. El 24 de mayo ya se había conseguido doblegar por completo la curva, quedando el municipio libre de coronavirus. La alegría duró casi tres meses, ya que el primer caso de la segunda ola fue diagnosticado en A Estrada el 15 de agosto. El 19 de noviembre se alcanzó el pico máximo del otoño, con 65 activos y el 23 de noviembre el municipio volvió a quedar libre de casos, pero esta vez solo por unas horas. Enseguida comenzaron a gotear casos que nutrieron una tercera ola brutal, alimentada por las fiestas navideñas. La consecuencia fue un récord de 153 activos en enero y el regreso a las restricciones severas. Hoy, la tercera ola está abatida, con ya solo dos casos activos. ¿Se estará preparando la cuarta?

 

Jesús Palmou: «La sensación inicial fue casi de pánico pero luego todo fue bien»

El estradense Jesús Palmou, director de la Academia Xacobea, exconselleiro de Xustiza y exsecretario general del PP gallego, fue uno de los primeros estradenses en contagiarse. Había viajado con su mujer, Mari Carmen Cibeira, a Madrid la semana anterior al confinamiento. Palmou y Cibeira saben con exactitud dónde se contagiaron. Están seguros de que fue en una cena de los empresarios gallegos en Madrid. Se celebró un jueves. Compartieron mesa con un médico amigo con el que estuvieron charlando como se hacía antes de la pandemia. En distancias cortas y sin mascarillas. Dos días después el doctor se encontró mal. Nunca pudo sobreponerse. Palmou y su mujer estaban perfectamente. Aún fueron a otra cena en Madrid el sábado. Los primeros síntomas los tuvieron ya de vuelta en A Estrada, el miércoles. Se encerraron inmediatamente, solicitaron la prueba y pidieron a la familia que no les visitase. El positivo que temían se confirmó. «La sensación inicial fue casi de pánico», confiesa ahora Jesús Palmou. «Sin embargo, en nuestro caso, al pasar los días y ver que realmente la situación no era dramática nos tranquilizamos. Nos fuimos viniendo arriba, como suele decirse. Mari Carmen estuvo un poco peor, pero yo realmente lo llevé como una gripe normal», dice.

 Jesús y Mari Carmen son de los afortunados que han podido superar el virus sin secuelas. «Nos estuvieron haciendo seguimiento y en noviembre fuimos a una revisión en la que nos dieron el alta, sin ninguna secuela, y nos dijeron que teníamos abundantes anticuerpos», dice Palmou. El estradense es optimista: «Si todos somos responsables ahora en San José y Semana Santa, con la vacuna, creo que en verano el covid podría estar superado».

David Coto: «Coma antes non estou, fatígome moito máis ao subir ao terceiro»

David Coto Magariños trabaja en la firma estradense Martínez Otero. Es montador de muebles y viaja con frecuencia al extranjero. La semana anterior al confinamiento había estado en Reino Unido. «Saira do aeroporto de Porto, fora ao de Londres e estivera de ruta polo Reino Unido, cada día nunha cidade. De volta vin por Madrid e por A Coruña. Non sei nin cantos trens e taxis collín neses días, así que saber onde o pillei é imposible», explica. Hace justo hoy un año el estradense, que ya estaba de vuelta en A Estrada, se empezó a encontrar mal. Se encerró en casa e intentó llamar para que le hiciesen la prueba. El sábado 14, cuando por fin se la hicieron, ya apenas tenía síntomas. «Eu xa pensaba que fora unha falsa alarma, que fora un catarro normal, pero o domingo que empezou o confinamento din positivo», recuerda. «Tivera 38,5 de febre, dor muscular e perdera o olfacto e o gusto, que xa os recuperei», comenta.

 Pese a la incertidumbre de aquellos momentos, David Coto asegura que nunca tuvo miedo. «Eu estaba ben e a miña muller e o noso fillo tamén. O pequeno non chegou a pillalo. Fixéronlle dúas probas e dou negativo as dúas veces. Eu estaba tranquilo nese sentido, pero preocupábame por se llo puidera ter contaxiado á miña avoa, que vive no primeiro piso do meu edificio e ten noventa e pico anos», explica David.

«A min non me dou forte, pero algunha secuela quedoume. Nótome máis fatigado. Vou recuperando, pero coma antes non estou. Vivo nun terceiro sen ascensor e antes subía e baixaba correndo as veces que fixera falta, porque sempre fixen deporte. Agora nótome máis canso», dice.

A día de hoy, David Coto está convencido de que lo peor del coronavirus ya pasó. «Ao que creo que lle hai que temer agora é a futuras pandemias», dice.

Crespo: «Hai un ano xusto incubaba o virus, recordo cando che din que podes ir á UCI»

El alcalde de Lalín, José Crespo, fue el primer político que trascendió en Deza como afectado por el coronavirus. Ayer recordaba esa circunstancia: «Hai un ano xusto estaba incubando o virus ... Se mal non recordo, debeu ser o 8, e o fin de semana foi cando debín ter febre». La memoria del regidor guarda aquellos días de total incertidumbre: «Recordo perfectamente os momentos que se viven cando che din que tes algo descoñecido e podes acabar na UCI e tendo problemas respiratorios. Algo francamente malo. Sigo sen ter o olfacto ben, e creo que fun dos menos danados polo virus. Si que todo o mundo que tivo coronavirus lle quedan secuelas, en maior ou menor medida».

Crespo Iglesias rememora el enfrentamiento a la pandemia sin ninguna preparación, «con posibilidades de éxito francamente mellorables».

Cierre de edificios salvo consistorios desde el primer día y suspensión de actos públicos

Los ayuntamientos de la zona no esperaron ya al estado de alarma para tomar medidas en el intento de contener al coronavirus. Si esa declaración oficial llegó el sábado 14 de marzo del 2020, dos días antes ?el jueves día 12? los distintos Concellos decidían cerrar al público los edificios municipales con la excepción de las casas consistoriales. En Lalín el cerrojazo era total, incluyendo la biblioteca, el museo Ramón Aller, el plazo de Liñares, el campo de fútbol, conservatorio, auditorio y centros sociales de las parroquias. Lo mismo pasó en Silleda, que cerró también a visitas el museo de Carboeiro.

A Estrada cancelaba sus ferias semanales hasta nuevo aviso, la piscina climatizada y el recinto ferial se quedaba sin la triple cita del Vehículo de Ocasión, Oportunidades del Comercio y Antigüedades y artesanía.

Fueron horas en que en las redes sociales se multiplicaban los mensajes de cancelaciones de actos públicos. En Lalín se suspendía la catequesis, Silleda se quedaba sin la Festa dos Callos de Ansemil-Martixe programada para el 4 de abril y Rodeiro suspendía las actividades sus Tardes Activas. La mayoría de Concellos apuntaban una suspensión de al menos 15 días. Y en aquel momento, parecían muchos ...