Un interior para hacer agradable la espera

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

miguel souto

El predominio del blanco, el vidrio y la calidez de la madera levantan el ánimo al visitante

23 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

En un edificio, mucho más importante que la estética, es conseguir que quienes lo habiten estén a gusto dentro. En un centro médico, al que se suele acudir con problemas, transmitir buenas vibraciones debería ser lo primero.

El nuevo centro de salud de A Estrada lo consigue a base de luz, algo que ha estado muy presente en la concepción de la obra.

«La fachada que da a la plaza es completamente acristalada para que el edificio tenga mucha luz. Se busca que las zonas de espera y de circulación sean lo más agradables posible. Ver la gente que transita por la plaza exterior siempre hace la espera más amena. Además, el acristalamiento incluso permite visiones cruzadas con otros pacientes situados en el extremo opuesto», explica el arquitecto y director de obra, Manuel Vázquez Muíño.

En aras de la luminosidad el blanco también es el color predominante en el edificio, que solo hace alguna concesión a la madera en tonos naturales cuando se busca un efecto más cálido o un cambio de ritmo. Las escaleras son blancas por completo. «Una escalera oscura daría más sensación de desánimo», explica Vázquez Muíño. El suelo es blanco. Las paredes son blancas y el techo también. Solo las puertas de las consultas, en madera de fresno y ligeramente sacadas hacia el exterior, destacan animando los paramentos. Tras la madera esmaltada en blanco de las paredes, un velo acústico servirá para absorber los ruidos, algo fundamental en un edificio tan habitado.

La madera se utiliza también en los suelos de las estancias que, por uso, requieren mayor calidez. Como el área de pediatría, la sala de fisioterapia y el aula de educación para la salud. En el resto de los suelos manda el terrazo, un material casi eterno, con poco mantenimiento y buena resistencia.

Los techos, también blancos y lisos, se presentan ordenados y limpios. «Son cosas que no se aprecian a primera vista, pero que tienen mucho trabajo detrás. La aparente sencillez requiere mucho trabajo previo. Este es un edificio muy pensado y mimado al detalle», dice el arquitecto.

La funcionalidad y la versatilidad son las otras dos reglas de oro que se han cumplido en este edificio. El diseño va llevando al visitante a través de un recorrido claro y sencillo y los espacios son reversibles, pudiendo albergar tanto los usos previstos ahora como otros que puedan surgir.