Los colegios de A Estrada fragmentan sus patios y multiplican los recreos

Rocío García Martínez
ROCÍO GARCÍA A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

Miguel Souto

Los centros con más matrícula ultiman el rediseño de las aulas por el coronavirus

21 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los dos colegios con mayor matrícula de A Estrada, el CEIP Figueiroa y el Pérez Viondi, trabajan intensamente estos días para adaptar los centros a la nueva realidad educativa. En ambos casos las directivas y los equipos de prevención anti covid-19 han diseñado protocolos propios que ahora serán consensuados con el claustro y el consello escolar. La organización pasa por la fragmentación de los patios y la multiplicación de los recreos para reducir al máximo las aglomeraciones y tratar de preservar los famosos grupos burbuja.

El colegio de Figueiroa, con 445 alumnos matriculados, es el más numeroso del municipio. Este curso ganará un aula y un profesor para garantizar que el máximo de alumnos por aula sean 25. El curso pasado en segundo de Primaria hubo un aula con 25 alumnos y otra con 26. Este año en tercero habrá tres de 17. Según explica el director, José Manuel Reboredo, la redistribución de las mesas garantizará siempre una distancia mínima de un metro entre alumnos.

El equipo covid del centro lleva trabajando desde el 14 de julio para preparar la vuelta a las clases prevista para el 10 de septiembre. El centro ha encargado a un estudio de arquitectura el rediseño de los espacios para dar cumplimiento a las directrices sanitarias aprovechando al máximo los espacios disponibles.

El espacio exterior se ha fragmentado en ocho patios diferenciados que se señalizarán con postes y cinta. Habrá tres patios independientes para el uso de los alumnos de los distintos cursos de Infantil y cinco para los estudiantes de Primaria, dos de ellos cubiertos gracias a la nueva estructura en construcción. La planimetría ya está hecha. Solo falta la señalización sobre el terreno, que está previsto acometer en los próximos días.

Según comenta Reboredo, los recreos se multiplicarán y se escalonarán, para minimizar los contactos entre alumnos. En Infantil habrá dos recreos, de 11.10 a 11.55 y de 12.00 a 12.45, y en Primaria tres: de 11.00 a 11.20, de 11.30 a 11.50 y de 12.00 a 12.20. Al primero saldrán cuatro grupos y al segundo y al tercero cinco a cada uno.

En el colegio Pérez Viondi, con 405 alumnos matriculados, la directiva trabaja estos días en la adaptación del centro a las nuevas exigencias de la crisis sanitaria. Según indica la directora, Mabel Porto, en Infantil las aulas de 3 y 4 años disponen de patio independiente y para los niños de 5 años se habilitará una zona propia. Para los alumnos de Primaria se parcelará el espacio de patio restante en siete zonas. Porto señala que cada día los estudiantes tienen 25 minutos de recreo y 25 de lectura, lo que permitirá crear dos turnos de recreo y lectura y garantizará el mantenimiento de las aulas burbuja también en la salida al patio. El campo de fútbol se dividirá en dos patios. Su uso será rotatorio, para que todas las clases puedan disfrutarlo, si es posible, aunque habría que regular las posibilidades de uso y la desinfección del balón.

En las aulas el número máximo de niños son 24, pero no en todas será fácil garantizar la distancia interpersonal recomendada.

Los comedores escolares funcionarán y mantendrán las distancias de seguridad

El funcionamiento de los comedores escolares de los colegios Figueiroa y Pérez Viondi -ambos dependientes de sus respectivas Anpas- está garantizado.

Según explica el presidente del Anpa del CEIP Figueiroa, José Garrido, a principios de agosto apenas había una decena de niños inscritos, pero a mediados de mes el plazo de inscripción se cerró con unos setenta alumnos anotados. Con estas cifras no debería haber problemas de espacio en el comedor, ya que no todos los inscritos suelen coincidir el mismo día. No obstante, si las inscripciones aumentan mucho, el Anpa podría tener que baremar las nuevas solicitudes para adjudicar las plazas.

El servicio se presta en el salón de actos del centro, que también se utiliza como aula de Psicomotricidad. Hasta la fecha, el comedor ocupaba solo la mitad del salón. Este curso, para mantener las distancias de seguridad, se ha llegado a un acuerdo con la directiva para utilizar el salón al completo, adaptando los horarios. Las clases de Psicomotricidad terminan siempre a las 11.45, con lo que la empresa que gestiona el comedor -Arume- dispone de tiempo suficiente para colocar el mobiliario y adaptar su disposición a las nuevas circunstancias. La Anpa ya ha negociado esta cuestión con la empresa, que se ha prestado a asumir este trabajo extra sin coste adicional.

Disposición en zigzag

Según explica Garrido, ayer mismo se midió el salón de actos para empezar a diseñar la disposición de las mesas. Se buscará mantener un metro o más de distancia entre los niños, que además no comerán encarados, sino dispuestos en zigzag. En una mesa donde antes cabían cuatro niños ahora habrá cabida para dos. Habrá dos turnos de comida y los monitores serán exclusivos para cada grupo. Además, se señalizará un circuito de circulación, con líneas para fijar la distancia entre personas a la hora de recoger a los pequeños.

«Lo de las distancias vamos a llevarlo a rajatabla. Si hay más demanda que plazas tendremos que baremar, pero de momento, a falta de datos finales de alumnos de Infantil y Primaria inscritos, parece que no habría problema. Si no llegamos a cien inscritos, no hay problema y, si llegamos, no quedará más remedio que baremar las nuevas solicitudes que entren», explica Garrido.

Tampoco en el colegio Pérez Viondi parece que vaya a haber problemas de espacio. El centro dispone de un comedor amplio en el que hasta la fecha una parte era de uso lúdico. Aún manteniendo las distancias de seguridad, el comedor al completo tendría capacidad para acoger, en varios turnos, a los comensales habituales. El curso pasado hubo unos 90, aunque no suelen coincidir haciendo uso del servicio el mismo día más de setenta. Según explica la presidenta del Anpa, María José De la Peña, la idea es fijar varios turnos de comedor, garantizando las distancias de seguridad y manteniendo grupos burbuja. Tanto la empresa concesionaria del servicio (Sala Gradín) como la dirección del centro y el Anpa colaborarán en la organización. En próximos días la Anpa remitirá un comunicado a los padres para que formalicen la preinscripción en el comedor y para hacer una estimación de usuarios. «Hacerlo con mucha antelación no sirve de mucho porque la gente espera al último momento, y más con esta situación tan incierta», comenta De la Peña.

Entradas y salidas escalonadas, con los padres fuera del centro y un simulacro inicial

Tanto el CEIP Figueiroa como el Pérez Viondi tienen previsto escalonar las entradas y salidas y crear circuitos definidos, sin la entrada de padres al centro, para evitar aglomeraciones.

En Figueiroa, con una sola entrada al edificio, está previsto dividir la rampa a la mitad. Entradas y salidas se harán de forma escalonada. Además, se planteará que el jueves 10 solo vayan a clase los niños de primero, segundo y tercero de Primaria, para trabajar con ellos en simulacros de las nuevas normas de funcionamiento, el viernes 11 los de cuarto, quinto y sexto y los de Infantil de 4 y 5 años y el lunes 14 los de Infantil de 3 años.

En Pérez Viondi, con varias puertas de entrada, también se escalonarán diariamente entradas y salidas por cursos y se estudia todavía cómo organizar los primeros días.