El confinamiento aumentó el deterioro físico y mental de mayores con demencia

JOEL GÓMEZ SANTIAGO / LA VOZ

A ESTRADA

cedida

La reincorporación a los centros de día se realiza con numerosos cambios para la asistencia y sin entrada de familiares

06 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Personas mayores que antes se movían sin necesidad de apoyos, después del confinamiento precisan silla de ruedas para los desplazamientos más largos; otras han perdido capacidad de orientación y ahora no saben el día que es o donde están, y tienen además más problemas de memoria y no reconocen a familiares o al personal del centro de día con quienes estaban en ocasiones desde hace años. Eses son algunas muestras del deterioro que experimentaron parte de las personas mayores que acudían a los centros de día de la asociación de alzhéimer Agadea de Salgueiriños (Santiago), Ribeira y A Estrada, que reabrieron el día 20 con menos plazas y horario de asistencia, y con muchas medidas de seguridad, explica la trabajadora social Lucía Fandiño, su coordinadora.

«Antes aquí no veíamos un empeoramiento físico y cognitivo tan acusado en los usuarios en tan poco tiempo. Actividades que en marzo hacían bien ahora les cuesta más o no son capaces. Y sobre todo han olvidado nombres de personas allegadas, incluso hijos; y de instantes biográficos relevantes. Aquí trabajamos mucho la reminiscencia personal de su propia vida, de su familia, de donde viven y trabajaron, y notamos en buena parte de los usuarios que en este aspecto han perdido mucho», afirma Lucía.

Desde el inicio del confinamiento, Agadea les propuso actividades, en colaboración con el Centro Internacional de Longevidade de Brasil. En las últimas semanas realizaron servicios a domicilio y ofrecieron atención individualizada. Casi todos los usuarios y sus familias se interesaron por volver cuando pudieron abrir los centros de día. Lo hacen progresivamente. Esta semana aún siguen las reincorporaciones, y quedan todavía mayores por reingresar; aunque en algunos casos regresarán después del verano.

Es todo muy diferente: el transporte realiza más viajes, pues hay mayores con dificultades para usar mascarilla y guardar la distancia de seguridad, y tiene que reducir usuarios; al llegar les toman la temperatura y comprueban si tienen dificultades respiratorias; se les desinfecta el calzado; se exige la mascarilla; se separan los asientos a 1,5 metros, por lo que se reducen las plazas; antes algunos iban hasta 8 horas, ahora menos de la mitad y se adaptan poco a poco; y además sus familiares no pueden entrar.

El equipo de profesionales se mantiene: gerocultoras, terapeuta ocupacional, logopeda, psicóloga para valorar los ingresos y trabajadora social. Disponen de equipos de protección individual, elaboraron guías para familias, y abrirán todo este mes, cuando otros años cerraban en agosto, pero esta vez priorizan atender las necesidades del colectivo de usuarios y sus familias.

Difícil para las familias

«Estaban deseando que abriésemos y reiniciar las tareas de estimulación en los centros de día. Para las familias fue también un período difícil, pues tener las 24 horas ese tiempo de forma continuada a algunas de estas personas no es fácil, hubo incluso algún caso de descontrol en su conducta. Las familias hicieron numerosas consultas a neurología y tuvieron que regularles bastante la medicación en algunos casos», indica Lucía Fandiño.

Ahora el centro de día de Salgueiriños abre de 10.00 (antes a las 9.00) a 20.00 horas. Agadea también reabrió los servicios de estimulación terapéutica del Ensanche compostelano y de A Estrada. En el Ensanche atienden a dos grupos por la mañana (antes tres) y también por la tarde, con menos usuarios. En todos los casos se extreman las precauciones para evitar contagios. Agadea se propone asimismo reabrir próximamente los servicios que ofrece en Teo, Vedra y Boiro.