La hostelería, a la espera de que se defina normativa para el sector

Olimpio Pelayo Arca Camba
o. p. arca LALÍN / LA VOZ

A ESTRADA

Miguel Souto

Los colectivos de Lalín y A Estrada ven «surrealista» la instalación de mamparas

27 abr 2020 . Actualizado a las 21:54 h.

El sector de la hostelería espera una normativa del Gobierno central que defina los requerimientos de seguridad que precisarán para reabrir. En ese impasse, representantes de los colectivos de Lalín y A Estrada consideran que la instalación de mamparas aventurada en algunos foros comprometería el futuro del sector.

Álex Iglesias, vocal de hostelería de la AED, lo tilda de «surrealista», y señala que de tener que aplicarse esa medida «a hostalaría acábase. E ademais está a inversión que se precisaría, podería ser como coa lei do tabaco, que houbo que facer recintos para os fumadores que ao pouco quedaron en nada». En términos muy similares, y con el mismo recordatorio a las inversiones inútiles con la legislación del tabaco, se expresa Adriana Abelleiro, de la Asociación de Hosteleiros da Estrada: «¿Un grupo de cuatro personas van a querer ir a comer a un restaurante separados por mamparas, que parece una cárcel? Se quedan en casa, es surrealista», señala al tiempo que demanda que los políticos reflexionen bien las medidas, en lugar de lanzarlas y luego tener que corregir. Sobre la reapertura de locales, apunta: «Si tenemos que esperar a que pueda hacerse en Madrid y Barcelona, irá para largo», pero por contra si Galicia puede adelantarse espera que esa vuelta al trabajo no se demore demasiado.

En este momento, Iglesias explica que desde el colectivo lalinense «intentamos manter o ritmo de traballo con cursos a distancia para especializarse en cuestións como nova xestión ou ver de conformar unha aplicación de reservas en hostalaría, nunha páxina xeral de Lalín». Indica que el sector lo está pasando mal: «Hai locais abertos hai un ano, que teñen que pagar o aluguer e tamén a reforma, a xente está moi apretada. Intentamos animalos para que aguanten», porque en algunos casos la opción que barajan ahora mismo es no volver a levantar la persiana. En otros casos, aperturas previstas para próximos meses directamente se han frenado en seco.

Méijome: «Esperar a decembro para volver abrir sería a sentenza de morte da hostalaría»

Emiliano García Méijome, de la pizzería A Casa do Gato, aguantó algo más de una semana abierto para servir a domicilio tras decretarse el estado de alarma. Desde hace doce días reabrió en Lalín y el jueves lo hará en A Estrada. Explica que la situación sanitaria está ahora más controlada, y nota en la gente que «quere un pouco volver á normalidade». Los pedidos son más que cuando decidieron cerrar, aunque «estamos pouco máis que cubrindo gastos. Pero ves outrs historia, que algún compañeiro máis se anima abrir con comida para levar».

Méijome se refiere a los buenos datos sanitarios que trascienden de Lalín y A Estrada, e indica que apoya el posicionamiento de Núñez Feijoo demandando cierto margen a las comunidades para establecer la desescalada por áreas. Porque afirma que retrasar la apertura de la hostelería a diciembre como en algunos casos se especuló sería su sentencia de muerte. Se muestra partidario de reducir aforo para asegurar la distancia social, e incluso instalar mamparas de ser preciso para anticipar una reapertura en la que será clave la actuación de todos respetando las medidas de seguridad y la confianza del cliente. Piensa que disponer de test rápidos y asegurar una rápida respuesta sanitaria en caso de enfermedad pueden generar esa confianza. Confía en que también el comercio pueda reabrir pronto: «Ao mellor son moi optimista», confiesa el hostelero.

«Cada negocio es un mundo, pero resistimos a base de ICO y préstamos»

Adriana Abelleiro señala que cada negocio es un mundo, y no pueden generalizarse soluciones universales. Pero hay una circunstancia que cree que es común a la gran mayoría de ellos: «Estamos resistiendo a base de ICO y de préstamos. Creo que nadie aguantó sin pedir algo, nos apoyamos en esa financiación». La hostelera estradense, al igual que Iglesias, hace una reflexión sobre la reapertura en el sector: «El problema es cómo será esa vuelta. ¿Voy a tener clientes? En mi caso concreto, ¿podrá hacer eventos? ¿Para cuánta gente? Habría que ir abriendo paulatinamente, y controlando paulatinamente». Señala que los hosteleros tienen ganas de abrir, porque además la situación «en A Estrada ya era bastante fastidiada en hostelería y comercio antes de esto». Con todo, mantiene el optimismo: «Habrá que adaptarse», concluye.