A golpe de embestidas Calvo Sotelo pierde luz y espacio peatonal

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

r. g.

Varias farolas han perdido la cabeza y unos 15 bolardos derribados abren paso hacia las aceras

18 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La milla de oro de A Estrada está perdiendo luz. No solo por el cierre de locales comerciales alentado por los elevados precios de los alquileres. También literalmente, por el derribo o el deterioro de farolas que no llegan a reponerse.

El último episodio tuvo lugar este domingo. Un turismo sufrió una desafortunada salida de vía y acabó impactando contra la farola situada frente al bajo comercial de la constructora Bamarti. La parte superior de la luminaria se desplomó y en la acera permanece solo el pie. Un episodio similar aconteció hace casi un año -en marzo del 2019- en la misma calle, a la altura del bazar Merca Asia. Un camión que daba marcha atrás no se percató de la presencia de la farola y tumbó su parte superior. Desde entonces, el fuste permanece en la acera sin función alguna.

Además de las seccionadas, en la calle principal de A Estrada existen otro buen número de farolas deterioradas desde hace meses. Como la situada frente a Abanca, que ha perdido una tulipa, o la colocada delante del negocio de ropa infantil Píkaros, que conserva su triple remate pero carece de cristales ni bombillas. Frente a las galerías de Gadis hay otra con dos tulipas abiertas y un poco más arriba una ligeramente inclinada que amenaza con desvanecerse al menor impacto.

Si hay un elemento urbano que sufre más embestidas que las farolas son los bolardos esféricos colocados en su día para evitar que los automóviles estuviesen tentados a parar o estacionar sobre las amplias aceras. Muchos estradenses no llegaron a acostumbrarse a dejar el espacio libre para los peatones y por despiste o por malos cálculos fueron derribando uno a uno muchos de los bolardos de la calle. En este momento las marcas en la acera evidencias la ausencia de alrededor de 15 de los bolardos primigenios, que nunca han sido repuestos.