El precio de los alquileres ensombrece la pujanza comercial de Calvo Sotelo

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

r. g.

Los comerciantes ven inasumibles los precios exigidos en los locales vacíos de la rúa

24 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Hubo una época en la que encontrar un bajo libre en la calle Calvo Sotelo o en la plaza de la Farola era misión imposible. La milla de oro estradense era un valor seguro y, sin crisis de por medio, los comerciantes se peleaban por estos emplazamientos. Hoy, en cambio, el volumen de bajos desocupados es notorio y llega a dar cierto aire de decadencia a la mejor calle de compras de A Estrada. Como si aquella campaña de concienciación de la Acoe en la que se empapelaron todos los bajos para mostrar cómo sería un pueblo sin comercio empezase a pasar de supuesto tremendista a posibilidad no tan descabellada.

Según explican los comerciantes, hay dos razones fundamentales que explican la presencia de bajos vacíos y el goteo constante de cierres. Por una parte están los bajos que, por problemas de herencias o por el estado ruinoso de la edificación en la que se encuentran, simplemente, no se alquilan. Por otra, el precio de los que sí están en el mercado.

Desde Habita Inmobiliaria, Alejandro García calcula que el precio medio del alquiler ronda en Calvo Sotelo los 1.100 euros por cien metros cuadrado de local acondicionado. Teniendo en cuenta que se trata de «la mejor calle del pueblo», García indica que, desde el sector inmobiliario, el precio se considera razonable. No obstante, constata que también hay bajos por los que se piden 2.000 euros o más. Es el caso de el del Banco Pastor en la Farola o el del antiguo comercio O Zapatazo-. García reconoce que «ningún negocio vendiendo un producto normal puede pagar 1.500 euros al mes de alquiler».

Desde el sector de los comerciantes son muchos los que consideran que pagar más de 1.000 euros al mes por un bajo es un lastre importante para cualquier negocio modesto. Recuerdan que hay muchos más gastos que el alquiler y que el comerciante no trabaja por amor al arte y tiene que ganar un sueldo a fin de mes.

«Tanteé la zona, pero está imposible»

María Barreiro es propietaria de la óptica Nova Visión, emplazada junto al centro médico. Consciente de que la apertura del nuevo centro de salud de A Baiuca asestará un buen golpe al comercio del entorno del actual, ha realizado algún tanteo de posibles locales en otras zonas. «No es que me vaya a trasladar ahora, que de momento estamos bien aquí, pero siempre es bueno echar un ojo de cara a lo que pueda pasar en el futuro», cuenta. «Este barrio se está muriendo», dice. Su prospección inmobiliaria terminó con un contundente desánimo. «En Calvo Sotelo muchos locales ya ni tienen cartel de que se alquilan y, del resto, me encontré bajos entre los 1.000 euros -pero para tirar y volver a reconstruir- y los 2.000», explica. «En los últimos tiempos las ventas van a menos y pagar semejantes alquileres me parece imposible», comenta.

nova visión

«Nos cambiamos aquí por visibilidad»

María José Coto y Gonzalo Gómez son los propietarios del establecimiento Tintared de A Estrada, una franquicia que hace quince días que se ha trasladado de la calle Iryda a Calvo Sotelo para ganar visibilidad. Y lo ha conseguido. Según explican los propietarios, mucha gente cree que se trata de un negocio nuevo que se dedica a los consumibles de impresión, papelería, librería y componentes informáticos. María José y Gonzalo están de acuerdo en que los precios en Calvo Sotelo son exagerados. No obstante, en su caso, el negocio es viable con un local para la atención al público de unos 40 metros cuadrados por lo que el alquiler mensual, aunque se mantiene más o menos en la media, resulta asumible. «Nos cambiamos aquí por temas de visibilidad y en eso ganamos. Ahora veremos en el resto, porque apenas llevamos quince días», dicen.

tintared

«Os alugueres aquí matan os negocios»

Chus Iglesias lleva 25 años trabajando como gestora. «Coñezo ben as tripas das empresas», asegura. Hace poco abrió negocio propio en un modesto local en las Galerías 2000, con un alquiler de 350 euros. «Doutro xeito non podería permitirmo», dice.

Chus Iglesias es contundente. «Os alugueiros neste pobo acaban cos negocios. Son abusivos. Isto non é a Gran Vía de Vigo nin a Calle do Príncipe e un alugueiro alto mátate», explica. «Estamos na Estrada, os que alugan tiñan que darse conta porque hai moitos baixos baleiros e moitos negocios que están pechando e que eran básicos. Como Kontrastes. Era o único dese tipo que había na Estrada. ¿Agora que? ¿Imos a Santiago? ¿Ou mercamos por Internet?», se lamenta.

«Non teño nada contra o goberno local, pero penso que o Concello debería tomar algunha medida para remediar isto», dice.

Xestoría CHUS IGLESIAS

«Así es imposible ganar un sueldo»

Kontrastes está liquidando para cerrar sus puertas en Calvo Sotelo. Ana Belén Mesego y su socia, Rosario Eiras, echan la culpa a un alquiler excesivo. Pagan 1.500 euros por un local de unos 100 metros cuadrados de bajo y parte superior tipo almacén. El negocio abrió hace 7 años en el número 18 de Calvo Sotelo, pero el traslado fue obligado porque el edificio anterior fue declarado en estado ruinoso. En un mes tuvieron que buscar nuevo local que reuniese las condiciones necesarias y afrontar la mudanza. «Esta zona de abajo no tiene nada que ver con la otra. Aquí se vende mucho menos», cuenta Ana Belén. «En general las ventas fueron cayendo pero hay que seguir pagando, además del alquiler, la luz y los impuestos y sacar un sueldo», cuenta. «Esto ahora mismo no da un sueldo, da para pagar el local y los gastos, por eso tenemos que cerrar», explica.

Kontrastes