Una plaza estradense que vale más de lo que luce

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

r. g.

22 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Fachada descuidada y coches policiales. La plazuela contigua a la de la Feira ofrece un aspecto decrépito. Conviven un edificio con paredes descuidadas coronado por una enorme antena y la base de la Policía Local, con los vehículos del cuerpo aparcados enfrente.

Turismos a cuerpo de rey. El aparcamiento situado en plena carballeira de la Feira, bajo los carballos que han sido testigos de tantas compras y ventas, es un lujo para los coches, pero impide que la zona se pueda aprovechar para el esparcimiento.

Parque biosaludable. Bajo la pérgola quedan los restos de dos de los aparatos de lo que un día fue un parque biosaludable para mayores. Le faltan piezas y están en desuso.

En un pueblo falto de espacios para la gente, la Praza da Feira, por sus posibilidades y su situación céntrica, se presenta como un caramelo en cualquier plan local de humanización.

El gobierno estradense la tiene en su agenda. Al menos es lo que ha anunciado hace meses y lo que ha hecho constar en su programa electoral, en el que, en materia de urbanismo, dice textualmente que «acometeremos un ambicioso proxecto de reforma e humanización da Praza da Feira». Sin embargo, hasta el momento poco se ha avanzado de esa actuación.

El ahora alcalde, José López, anunció ya la pasada legislatura una actuación que abarcaría los 11.000 metros cuadrados de superficie que reúnen la Praza da Feira propiamente dicha y la carballeira. La idea es reorganizar el aparcamiento y el tráfico, manteniendo los usos actuales del espacio como escenario de fiestas y ferias. La plaza y la carballeira se liberan de coches todos los miércoles para dar cabida a los puestos del tradicional mercadillo semanal, en el que además funciona una zona de pulperías que hasta cuenta con estructuras semipermanentes y todos los servicios. El Concello pretende mantener estos usos, pero si quiere convertir la Feira y su entorno en una zona peatonal de esparcimiento como pretende debe encontrar una solución alternativa para las decenas de coches que cada día aparcan en la zona y que se quedarán sin sus plazas de referencia.

La humanización promete. Ahora solo falta dar el paso y llevarla a la práctica.

Uso relativo. La Praza da Feira ya cuenta con una pequeña zona peatonal con bancos de piedra y una pérgola al fondo. Un boquete con solera está señalizado en una esquina para evitar accidentes. Curiosamente, en esta parte no es habitual ver mucho movimiento. Los jóvenes que frecuentan la zona suelen buscar más el recogimiento de las terrazas inferiores.

Un mar de coches. Salvo los días de feria por la mañana, que se prohíbe el aparcamiento, la Praza da Feira es habitualmente un mar de coches que no deja espacio para esparcimiento. El párking presta un servicio esencial en esta zona, pero hipoteca una plaza con ciertos rincones con encanto y que podría dar mucho juego como zona peatonal. fotos r. g.