Un armario sin fondo del que entran y salen miles de prendas al año

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

Cáritas A Estrada gestiona desde hace más de dos décadas un ropero que ahora viste a 120 familias

10 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El ropero de Cáritas en A Estrada, situado en el local del número 22 de la calle San Paio, es casi como unos grandes almacenes. Miles de prendas en perfecto estado de uso se cuelgan en perchas y se apilan en estantes esperando a que alguien las lleve a su casa. Según explica la coordinadora local de la oenegé, Lourdes Tejedor, en el ropero hay prendas para todas las personas y edades, todo escrupulosamente ordenado por tallas y por secciones. De verano y de invierno. De señora, de caballero o de niño. De todo el trabajo de gestión del ropero se encargan un equipo de ocho voluntarias. Vicky Pombo, Maruja Casais, Malena Reino, Inés Pumares, Asunción Encinas, Elvira Moreira, Natalia Torres y Zineb El Nabaoui clasifican y colocan las partidas que van llegando. Cada semana se llena un contenedor con las donaciones de los estradenses. Y cada semana vuelve a vaciarse.

Las cajas de ropa se pueden dejar en el local de lunes a sábado de 10.00 a 19.00 horas. En ese horario está abierta la puerta exterior que permite depositar los paquetes aunque no haya personal. Los lunes por la tarde, las voluntarias revisan la ropa. Si hay prendas rotas o insalvables, se envían al punto limpio para su reciclaje. El resto -que es la mayoría- se clasifica. En ocasiones, hay ropa que no se corresponde con el perfil de los demandantes locales. En ese caso se envía a Roupa, la tienda de ropa de segunda mano que gestiona Cáritas en Santiago.

No obstante, la mayoría es ropa útil para las 120 familias que hacen uso en la actualidad del ropero. El funcionamiento es el siguiente. Para evitar aglomeraciones, el reparto de prendas se hace los miércoles de 10.30 a 12.30, por turnos y con cita previa. Entre 16 y 18 familias acuden cada miércoles a renovar su vestuario.

El concepto de ropero es amplio. Además de abrigos y ropa de calle, hay también calzado, bolsos e incluso ropa interior, que en contra de lo que pudiera parecer, también es bien recibida. La oferta se completa con ropa de cama, pijamas, batas y hasta maletas. También hay carritos de bebé e incluso utensilios domésticos que no son ropa propiamente, como planchas, tostadoras, estufas o microondas en buen estado de uso. A veces, el ropero funciona incluso bajo demanda. El usuario pide y, si no hay, se anota la petición y se intenta atenderla cuando surja la oportunidad.