Una estradense crea un método para aprender idiomas mientras se baila

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

miguel souto

Eugenia González prevé patentar su sistema Danza las lenguas y adaptarlo a distintas edades

17 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

De la pasión de Eugenia González Caramés por los idiomas y por las danzas del mundo nace el método Danza las lenguas, que ya se ha hecho hueco en dos localidades gallegas.

El sistema parte de la experiencia de Eugenia como profesora de español para extranjeros y del convencimiento de que la mejor forma de aprender es hacerlo sin darse cuenta, como les sucede a los niños con la adquisición del lenguaje. «¿Cómo aprenden los niños? Hablando mal y equivocándose un montón de veces», explica la profesora. «Lo que busco es que la gente se relaje, deje de lado todos los patrones y las vergüenzas y aprenda de una forma divertida», comenta.

Eugenia estudió Filología alemana e hizo un máster de español para extranjeros que le abrió las puertas a la docencia internacional. En ella lleva trabajando 15 años. Se curtió dando clases de español en China y ejerció luego en Alemania y en Brasil. De regreso a Galicia trabajó dando clases de español para extranjeros primero en Santiago y ahora en A Coruña, en el Centro de Linguas de la Universidade da Coruña (UDC). Sus alumnos son mayoritariamente asiáticos: vietnamitas, chinos o japoneses. Con ellos ha estado analizando el sistema de aprendizaje para intentar enseñar de la forma más lúdica posible. «Siempre intento hacer las clases amenas, pero veo a los alumnos muy estresados. Parece que vienen a una tortura», bromea. «A veces intento salirme de lo común e introducir bailes, música o juegos. Luego les pregunto qué les ha parecido. Creen que si no les das gramática o listas de vocabulario no están aprendiendo, aunque al final reconocen que, sin darse cuenta, han aprendido palabras y estructuras», explica Eugenia.

Lo que pretende con Danza las lenguas es sacarle todo el encorsetamiento y la solemnidad al aprendizaje de los idiomas sacándolos del aula y llevándolos a un espacio de ocio. «Al estar fuera del contexto del aula y combinar los idiomas con la expresión corporal la mente lo interpreta como algo divertido. El objetivo es que la gente se relaje y aprenda sin darse cuenta», explica la profesora.

La estradense ha empezado a aplicar su método con dos grupos: uno en A Estrada -en la academia Sondodance- y otro en Santiago. Está formando además un tercero en A Coruña.

En sus sesiones trabaja la expresión corporal al ritmo de músicas del mundo en distintos idiomas. Piezas brasileñas, japonesas, vietnamitas, africanas, francesas, alemanas, españolas y gallegas o tangos argentinos forman parte del variado repertorio sonoro que sirve de base a la expresión corporal. «No ensayamos pasos concretos porque cada uno lo siente a su manera», cuenta.

Mientras los participantes se relajan al son de la música Eugenia introduce palabras y frases en alemán, en inglés o en portugués para que, de forma natural, sean asimiladas sin mayor esfuerzo.

Bloqueos iniciales

En las primeras sesiones Eugenia se ha encontrado con muchos «bloqueos». «Noto que se bloquean a la hora de hablar. Así que primero vamos a hacer una limpieza. Primero hay que echar fuera lo que nos impide adquirir conocimiento. De momento, estamos trabajando la relajación y superando miedos y vergüenzas e introduciendo algunas palabras y estructuras. El objetivo no es acabar hablando alemán con soltura, sino perderle el miedo».

Eugenia está probando la adaptación de su método de aprendizaje de idiomas a grupos de diferentes edades y tiene previsto además patentarlo.