Después de recorrer 70 países en moto la pareja recala en A Estrada para ultimar el encuentro del mes de mayo
25 feb 2018 . Actualizado a las 08:34 h.«La forma en la que mejor se conoce a una persona es viajando». Jaime Núñez está convencido. Por eso cuando en su camino se cruzó Conchi Cosme, los dos decidieron echarle kilómetros a la relación. La primera moto la puso él, una Ossa de 250 c.c. en la que la pareja se hartó de rodar desde Alba de Tormes -donde residen- a todos los rincones a los que podían llegar con aquel vehículo y con su presupuesto de estudiantes. Comieron muchas hamburguesas y durmieron en muchos cámpings. Y a fuerza de rodar descubrieron que querían seguir juntos y hacer de la vida un viaje emocionante. Ahora ella pilota una BMW de 650 c. c. y él otra de 1.200. Han recorrido setenta países y han perdido la cuenta de los kilómetros que llevan. Y eso que dan parte de todos sus viajes en la web elmundoenmoto.net, donde cientos de fotos en destinos frecuentes e infrecuentes matan de envidia a cualquiera.
Es entonces cuando uno pide la receta para poder vivir rodeando el planeta. Y no. No es necesario ganar el Euromillones ni estar de vacaciones permanentes. Conchi trabaja en el servicio de recepción de alumnos Erasmus de la Universidad de Salamanca y suele apañarse -empatando vacaciones y días libres- para juntar dos meses libres al año. Jaime, que acabó Medicina, regenta un taller mecánico. Nunca ejerció de médico porque al terminar la carrera tuvo claro que iba a ser más feliz si asumía el relevo en el negocio familiar. Dicho y hecho. Antaño, trabajaba mucho y viajaba lo que podía. Hoy en día, se puede permitir viajar más de lo que trabaja. Él y Conchi son ahora viajeros con mayúsculas. En algunas aventuras tienen patrocinadores y hasta algún Ministerio de Turismo les ha invitado a viajar por su país.
Jaime está convencido de que, cuando uno está decidido a ver mundo, el vehículo y el presupuesto son lo de menos. «Por muy barato que estés viajando, siempre te encuentras a alguien que viaja a precio más bajo», asegura. Y si lo dice él, que ha recorrido los cinco continentes, será verdad.
Eso sí, viajar en moto no tiene nada que ver con viajar en coche. «En moto se llega a sitios más recónditos, pero además la gente es más receptiva», dice Conchi. «En coche vas aislado por la carrocería. En moto te subes la pantalla del casco y los miras a los ojos de igual a igual. Si están a 40 grados, tú también», explica. «Hemos viajado de otras formas, y no tiene nada que ver la forma en la que te reciben», comenta.
«También es muy diferente si viajas tú solo en moto o con otro hombre o si viajas con una mujer. La mujer inspira más confianza y te abre más puertas», dice Jaime.
La aventura también tiene sus riesgos. Como cuando en Ucrania los acusaron de exceso de velocidad y les pidieron 600 dólares por salir del calabozo. «Si no tienes prisa y te muestras tranquilo te sacan por 5», corroboran. Pero hasta con esas compensa.
Trotamundos en A Estrada
La hospitalidad de Argelia, el paisaje de Colombia o las conversaciones con los lugareños que aparecen de la nada en el desierto han hecho de Jaime y Conchi personas diferentes que quieren compartir sus experiencias y sus inquietudes con otros trotamundos impenitentes. Para eso dieron vida hace catorce años al encuentro Grandes Viajeros, que en sus últimas ediciones ha logrado reunir a doscientas personas y que este año se celebrará del 11 al 13 de mayo en A Estrada.
Para tantear el terreno, Jaime y Conchi visitaron ayer el municipio, al que llegaron por el motero estradense Luis Dios, que se ofreció como anfitrión del evento. Ayer vinieron en coche, pero su aventura motera continuará mientras puedan.
Una viajera de armas tomar
En la selva de Colombia unos militares cerraron el paso a la pareja. Al fijarse en sus motos, se acabaron los problemas. Un soldado le dejó a Conchi hacerse una foto con su K-47 a cambio de inmortalizarse en su moto. Él aún tiene la instantánea en el perfil del WhatsApp.