Una historia de emigrantes estradenses con parrillada propia y obra de arte XL

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

David, Esther Márquez, Rafaele Ricciardi, Isauro y Magdalena, ante el mural de Mon Devane.
David, Esther Márquez, Rafaele Ricciardi, Isauro y Magdalena, ante el mural de Mon Devane. miguel souto< / span>

El restaurante El Emigrante de Loimil exhibe un mural con raíces en la historia de Rafaele y Esther

29 feb 2016 . Actualizado a las 08:46 h.

En la parroquia de Loimil (A Estrada), al borde la carretera N-525, un cartel reclama atención para el restaurante El Emigrante. No es un nombre original. Muchos emigrantes retornados invirtieron sus ahorros en echar a andar negocios en su patria. Por eso muchos bares y comercios llevan ese nombre. O el de ciudades como París, Caracas o Zurich. Casi todos tienen detrás una historia de valentía y superación. El Emigrante de Loimil no iba a ser menos.

El gerente ahora es Isauro Camanzo. Pero a él le pilla más de lejos la historia del nombre. Los fundadores de la empresa fueron sus suegros, Rafaele Ricciardi Bocaña y Esther Márquez Gómez. Él es oriundo de Nápoles y ella es autóctona de Loimil. El destino quiso que se fueran a conocer en Inglaterra, donde ambos habían aterrizado como emigrantes. Su amor de ultramar duró una década en el Reino Unido y luego se fue a probar fortuna a Alemania. Ni a Rafaele ni a Esther le asustan los retos ni los cambios. Tampoco el trabajo duro. Ella pasó muchas horas como empleada de limpieza y él se curtió en fábricas textiles, de ruedas y de cremalleras. También en Alemania hicieron sus primeros ensayos como hosteleros, al frente del bar de la colectividad española local. Tras veinte años en la tierra de la cerveza, Rafaele y Esther decidieron echar raíces y eligieron para hacerlo la parroquia estradense de Loimil. Fue entonces cuando abrieron su mítica parrillada y la bautizaron con el mejor resumen de lo que hasta entonces había sido la vida de ambos.

Un Banksy ourensano

Pero además de un nombre con historia, El Emigrante tiene un mural que rinde tributo al éxodo en tamaño XL. Ahí la culpa la tiene el hijo de Isauro y de Magdalena Ricciardi, David Camanzo. Estudiando en Ourense conoció la obra del artista Mon Devane, una especie de Banksy a la ourensana a quien le gusta sorprender con su obra en cualquier rincón de la ciudad. David le propuso a Mon Devane el encargo y él no defraudó. El resultado es una obra de arte en escala de grises que hoy está al alcance de cualquier cliente del restaurante. Mide unos 10 metros de largo por 2,40 de alto y muestra -con gran dominio de la técnica del spray- un emigrante anónimo esperando en el muelle de un puerto. No es un retrato de Rafaele y Esther, pero es un homenaje a todos los hombres y mujeres que un día tuvieron que coger la maleta sin mirar atrás.