Electrodomésticos Rey cumple 50 años siendo testigo y actora de la vertiginosa innovación tecnológica de los hogares del municipio
28 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.La empresa Electrodomésticos Rey cumple este año medio siglo de vida. Sin embargo, poco o nada tiene que ver el negocio que hoy sostiene la firma con el que propició su despegue en 1965.
Jesús Manuel Rey García es el fundador de la firma y el artífice de buena parte de la revolución tecnológica de los hogares estradenses. En el año 1964 hizo un curso de radio por correspondencia y fabricó de forma manual su primer aparato de radio. «Eu daquela vivía en Cereixo e coloquei unha antena de 50 metros, entre o hórreo e a palleira, e sintonicei RNE en Mesón do Vento. Ilusioneime moito e seguín traballando nesa rama», explica. Ese fue el inicio de su historia de amor con la radio y la televisión. A día de hoy, ya jubilado, sigue escuchando la radio «toda a mañá» y tampoco le hace ascos a la televisión. «Estou sempre nela», reconoce.
En el año 1965 la llegada de la televisión empezaba a hacer sombra a la radio y Manuel Rey se tiró de cabeza al mundo catódico. Fue entonces cuando fabricó su primer televisor y abrió el negocio, que entonces se llamaba Radiotelevisión Rey. Estaba emplazado en un local de apenas 30 metros cuadrados en la Avenida de América. De allí salieron muchos de los aparatos de televisión que revolucionaron los hogares estradenses. «No ano 69 fixen máis de cen televisores, todos á man», explica Manuel Rey. A lo largo de su vida laboral fueron muchos más. Los vendía en A Estrada, donde tenía como competidor en el negocio a Sebastián, pero también en Touro, Lalín o en las grandes ciudades, como Vigo o Coruña. «Despois unha empresa de Zaragoza empezou a vender kits para montar televisións e so había que soldar uns cables. Aquí non, pero en Vigo había moitos curas que se dedicaban a iso», comenta.
Una tele en medio día
«Eu en 10 ou 12 horas montaba unha televisión en branco e negro. Levaba parte do material para a casa e botaba ata as catro da mañá. Ó día seguinte xa levaba o traballo para rematar no taller», recuerda Manuel Rey.
Los aparatos se vendían, sobre todo, a plazos. «No 69 e no 70 vendía teles a plazos de 500 pesetas ó mes, para pagar en 12 ou 16 meses. Algún había meses que solo che podía dar 300... Moitos seguen sendo clientes hoxe», explica.
En el 75 Manuel Rey llegó a fabricar una televisión en color para uso propio. «Aí si que pasei moitas noites sen durmir», comenta.
En relación con los orígenes de la televisión, el empresario tiene anécdotas de libro. Recuerda una anciana que cuando ponían la tele en casa «poñía o pano da cabeza e íbase preparar como se fose á misa». «Pensaba que a vían», explica. También otra que se sentaba delante del aparato y no se levnataba ni en la carta de ajuste.
La guerra de la corriente
La televisión llevó una nueva forma de ocio a los hogares, pero también despertó «guerrillas» locales. La corriente eléctrica no era la de ahora. «Unha vez un veciño de Guimarei comprou un elevador e chupáballe a corriente a toda a aldea. Outro veciño contratoume a min un transformador potente, para coller a corriente a 20 voltios e poñela a 125. Daquela cando un vía o partido ou a corrida de toros a aldea enteira quedaba case sen corriente», recuerda.
Hasta la llegada de Fenosa, la mala calidad del suministro eléctrico era el peor enemigo de los electrodomésticos. El frigorífico empezó a popularizarse en el 69, pero las bajadas de luz provocaban múltiples averías y echaban a perder los productos presuntamente conservados.
La lavadora agilizó las traídas
Algo parecido pasaba con las lavadoras. «Chegaron nos 70, pero non había traídas de auga. Tiveron que empezar a facelas os veciños e pagalas eles», explica Manuel Rey.
Además de televisiones, neveras y lavadoras, en los años 60 también se vendieron muchas cocinas de butano. «Sobre todo para o verán, para non prender a de leña», cuenta el empresario.
El peor capítulo de la historia laboral de Manuel Rey fue el incendio que en el año 1989 quemó su taller en la Avenida de América. «Foi unha noite de tormenta. A casa era toda de madeira e supoño que sería un cortocircuito, pero Fenosa non se fixo cargo», explica. Al empresario no le gusta hablar del tema. «Alí quedou todo. Deume un pau a media vida. Á vida enteira», comenta.
Pero la empresa supo resurgir de las cenizas. Fue entonces cuando Radiotelevisión Rey se convirtió en Electrodomésticos Rey y cuatro de los hijos de Jesús Manuel -Manolo, Mari Luz, Inés y Mabel Rey Nodar- se pusieron al frente. El quinto hijo, José Luis, prefirió quedarse como técnico.
Una empresa con historia
«No ano 69 fabriquei máis de 100 televisores que vendía a plazos»
Jesús Manuel Rey
«Se as cousas se quixeran facer ben, agora hai moita tecnoloxía; pero tamén a hai para facelas mal»
Hoy la familia regenta dos comercios y un taller, aunque los productos están a años luz de los que Manuel Rey fabricó artesanalmente. La lavadora sigue siendo la reina de las ventas y los televisores tienen aún tirón, aunque ahora son curved o de led. «Un televisor dos de ahora solo se parece na pantalla ós que facía eu», ríe Manuel Rey. «Pero os meus botaban ben 10 ou 15 anos e ós de ahora a min non hai quen me saque da cabeza que as casas comericales xa lle meten un chip para que se estropeen. Se as cousas se quixeran facer ben, agora hai moita tecnoloxía, pero tamén hai tecnoloxía para facelas mal», considera.
La familia entera está de acuerdo en que la lavadora es el electrodoméstico básico de los hogares modernos. «Sin tele a xente vive igual e sin nevera aínda te podes apañar, pero cando rompe a lavadora a xente quere solucionar o problema no momento, se pode ser no día que non sea en dous», explica Manuel Rey.