De 13.500 socios por decreto a ninguno

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

A ESTRADA

El último informe del Consello de Contas daba ya la puntilla a la Cámara de Comercio

12 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La decisión de fusionar las Cámaras de Comercio de la provincia de Pontevedra, a excepción de la de Tui, no constituye ningún capricho. El antecedente objetivo de esta operación figura en el último informe que el Consello de Contas de Galicia publicó hace apenas unas semanas. En él se analiza la situación de las nueve entidades camerales que existen en la comunidad, refiriendo los datos a los ejercicios del 2010, el 2011 y el 2012, período en el que dichos organismos son privados del recurso cameral permanente (RCP), el pago obligatorio que toda actividad empresarial debía satisfacerles necesariamente. Las conclusiones de este documento, aunque rebatidas en parte por el equipo que preside Miguel Falcón, embarcado desde hace cuatro años en un intento de reflote tan meritorio como agónico, apuntaban a claro un porvenir de agotamiento económico. «A perda do RCP -sostiene el estudio- compromete a supervivencia da entidade». Nada raro, por cuanto esta vía de cuotas por decreto supuso el 57,7% de la totalidad de sus ingresos en el período 2008-2011.

La dependencia económica de la Cámara con respecto al dinero público era, en realidad, todavía mayor, puesto que a este elevadísimo porcentaje se le añadía entre un 27,2 y un 36% de su presupuesto procedente de ayudas y subvenciones (313.982 euros en el 2011, librados en su mayoría por el Consejo Superior de Cámaras y la Xunta). En resumidas cuentas, de cada 100 euros que la Cámara de Comercio ingresaba, 88 eran de naturaleza pública.

Relativamente saneada

El Consello de Contas, a la vista de la documentación que le proporciona la propia entidad vilagarciana, concluye que esta «presentaba unha situación financeira relativamente saneada, cun baixo endebedamento a longo prazo e capacidade para afrontar as operacións correntes e as débedas a curto prazo». No obstante, el informe se hacía eco del deterioro que su situación mostraba a finales del 2012, como consecuencia del fin de la recaudación cameral y de la disminución de las subvenciones en un contexto de crisis generalizada. «Os fondos dispoñibles permiten a supervivencia da Cámara a curto prazo, pero a continuidade das súas actividades, máis aló dese horizonte temporal, unicamente será posible mediante a obtención de novos ingresos e o axuste dos seus capítulos de gasto», indica el análisis del organismo autonómico.

Pero la entidad cameral no mostraba, ya entonces, un gran potencial para generar recursos por los servicios que prestaba. Dichos ingresos, que cabe calificar de propios, apenas tenían relevancia sobre el total: «Nos anos 2010 e 2011 representaron o 0.5% e o 0,6%, respectivamente». En otras palabras, la actividad y las prestaciones de la organización empresarial llamada a liderar tres comarcas se financiaban «esencialmente do RCP e das subvencións públicas».

El censo en vigor, en el momento en que se obtienen los datos, indicaba que en la demarcación de Vilagarcía operaban 22.339 empresas. En su momento de mayor expansión, la Cámara de Comercio dispuso de 13.500 socios. Un año después de la eliminación del pago obligatorio, su número había descendido a apenas 250, en una caída verdaderamente vertiginosa. El último apunte que perfila su presidente, Miguel Falcón, es revelador: «Hemos pasado a cero socios».

«Jamás hemos despilfarrado»

Tras muchas y variadas peripecias, el organismo arousano llega al punto de la fusión, asegura Falcón, con los deberes hechos: «Desde los tiempos de Pablo Vioque se han intentado hacer cosas fundamentalmente en favor de las pequeñas y las medianas empresas, y lo hemos hecho con bastante rigor», asegura quien pasará a la historia como el último presidente de la institución vilagarciana. «En caso contrario -concluye- no hubiésemos obtenido los fondos que nos han permitido subsistir; jamás hemos despilfarrado ni malgastado».

las cámaras ante su fusión

Fexdega, la Fundación do Moble da Estrada y catorce comisiones más en 116 largos años de historia

Constituida en 1899, la demarcación de la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Vilagarcía abarca un total de 21 municipios. Además de su sede, en la capital arousana, Barro, Caldas, Cambados, Campo Lameiro, Catoira, Cerdedo, Cuntis, A Estrada, Forcarei, O Grove, A Illa, Meaño, Meis, Moraña, Pontecesures, Portas, Ribadumia, Sanxenxo, Valga y Vilanova.

A la hora de abordar su fusión habrá que tener en cuenta que está representada en un buen número de organismos. A saber, la Autoridad Portuaria de Vilagarcía, el Consello Económico e Social, el Consello de Consumo y el Consello da Muller de Vilagarcía, la Fundación Moble da Estrada, la Fundación Comarcal do Salnés, el Grupo de Acción Costeira y el Grupo de Desenvolvemento Rural do Salnés. El año pasado se cayó de esta nutrida nómina Fexdega, la fundación ferial que la propia Cámara alumbró junto al Concello de Vilagarcía, y abandonó dada la prolongada decadencia de una entidad cuyo futuro todavía está sin definir pero controla, desde entonces, el Ayuntamiento.

No se agota en ella la cifra de entidades en las que figura la entidad cameral. Así, también integra la fundación Galicia-Europa, el Consello Galego de Cámaras de Comercio, el Instituto Galego de Estatística, el instituto INCYDE y el Consejo Superior de Cámaras de Comercio de España. Por último, según el informe del Consello de Contas, dispone de intereses económicos en Sonavalco, Camerdata, Sogarpo, Suindasa, Cocin Import-Export, Observatorio do Eixo Atlántico, Camerfirma y Feira da Estrada.

Los seis últimos empleados

El Consello de Contas cuestiona, además, la política de personal que ha seguido Cámara. Algo que el equipo de Falcón rebate, explicando que en los últimos años su plantilla se ha reducido de 8 a 6 empleados a través de una jubilación y una baja pactada.

Una sola entidad cameral es suficiente para toda Galicia

El anuncio de la fusión de las cámaras difícilmente pudo coger a nadie por sorpresa. Miguel Falcón y sus consejeros llevan un año prorrogando sus cargos. Transcurrido el verano, cuando la Xunta abrió el debate sobre la adaptación de las entidades gallegas a la ley estatal, Vilagarcía apostó directamente por una concentración de alcance autonómico. Postura que el conselleiro de Industria, Francisco Conde -en la imagen junto a Manuel García, de Tuneureka- pudo escuchar en su última visita, en noviembre. foto martina miser