El nuevo año apagó A Farola estradense más emblemática

Francisco Brea
fran brea A ESTRADA /LA VOZ

A ESTRADA

miguel souto

El local todavía guarda detalles de cuando albergó el Casino, donde Castelao celebró su banquete de boda con Virxinia Pereira

09 ene 2015 . Actualizado a las 05:05 h.

El año 2015 comenzó en A Estrada con una noticia inesperada y que dejará a muchos estradenses, al menos por el momento, un vacío difícil de llenar. La emblemática cafetería A Farola ubicada en la Praza da Farola cerró sus puertas el día 7, dejando huérfanos a muchos vecinos que pasaron muchas horas de su vida entre sus paredes.

Su actual propietaria, María Pego, quien lleva tras la barra de A Farola 14 años ya dejó entrever esta posibilidad a finales del pasado 2014 cuando en la puerta de entrada se podía ver un cartel que rezaba «Se traspasa». Durante estos meses varias han sido las personas que se han interesado por el negocio, pero finalmente no se ha fraguado ningún acuerdo, lo que no quiere decir que las puertas del edificio no vuelvan a abrirse en un futuro. María alude «motivos personales» para tomar la decisión de dejar el negocio, pero también indicó que el cierre a estas alturas del año fue algo «inesperado» como demuestra que en el local estuviera prevista alguna actuación musical durante este mes que ha tenido que cancelarse.

En la tarde de ayer la habitual imagen del bar con gente disfrutando, en muchos casos, de los famosos cafés de A Farola, dejaba paso a una estampa con cierto tono melancólico al ver años de historia amontonados y guardados en cajas. Entre las paredes del local todavía se encuentran detalles que recuerdan épocas pasadas, cuando en el inmueble estaba ubicado el Casino de A Estrada, un lugar donde se dice Castelao pasaba muchas tardes y donde el escritor celebró el banquete de su boda con la estradense Virxinia Pereira.

Desde hace aproximadamente un año A Farola acogía dos viernes al mes actuaciones musicales, y María Pego afirmó tener más ideas para desarrollar en el local, pero a pesar de todas las innovaciones que se pudieran hacer esta cafetería tenía en el café su mayor reclamo, y entre las múltiples modalidades destacaba el conocido como La Farola, o su versión a menor escala, La Farolita, un café especial, único e irrepetible ya que María no quiso desvelar su receta. Lo que sí quiso fue mandar un mensaje de agradecimiento a nivel personal a todas las personas que durante estos años acudieron a A Farola, un público que como ella mismo reconoció comprende un amplio abanico de edades, ya que hasta allí se acercaba quien pasaba de los 60 y quien no llegaba a los 18.