A Estrada busca a su flautista

Rocío García Martínez
Rocío García A ESTRADA

A ESTRADA

LEANDRO

Crónica | Guerra contra la proliferación de ratas en el centro El Concello estradense emprenderá una campaña de desratización para exterminar a los roedores que proliferan en el entorno de la plaza de abastos y la avenida Venezuela

17 ago 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

?l gobierno estradense se ha topado bajo las alcantarillas del casco urbano con el mismo problema que los vecinos de Hamelin tuvieron allá por el año 1.200. Cuentan los hermanos Grimm en su versión del cuento popular que la ciudad sufría una plaga incontrolable de roedores que fue atajada por un misterioso flautista que encandiló con su música a los animales y los llevó directos al río. En A Estrada, el problema no llega a tanto. De plaga no puede hablarse todavía. Sin embargo, el Concello ha detectado una proliferación importante de roedores en el entorno de la avenida de Venezuela y de la plaza de abastos. Las ratas habitan en el subsuelo, pero en días revueltos, o con las primeras lluvias, suelen salir a darse un garbeo por la superficie provocando la histeria de algunos peatones con fobia a las mascotas sin correa. A veces también hacen incursiones en los almacenes de algunos comerciantes y aplican en diente a lo que pueden. Los vecinos de la calle Venezuela aseguran que el problema fue peor hace años, cuando todavía no se habían eliminado los desagües. Entonces los animales salían a menudo a lucir palmito. Una vez obligaron a subirse a la nevera a una tendera asustada y a menudo, por la noche, hacían saltar la alarma de un almacén de neumáticos. Los jóvenes se divertían apuntándole con un escopetillo. Eran «ratas cun rabo largo e feas coma demonios», según apunta una vecina. Pero esos tiempos ya pasaron. Desde que se tapiaron todos los conductos hacia el subsuelo, las ratas ya no se dejan ver. Sin embargo, a veces, en las huertas, las plantas aparecen con las raíces mordidas y los árboles se secan. Algún agricultor incluso llevó muestras de tierra a analizar para determinar cuál era el problema. En el entorno de la plaza de abastos, las ratas se siguen dejando ver esporádicamente, sobre todo en la zona de vinos. «Son ratas grandes coma gatos», explica un vecino. «Poucas se ven, pero as que se ven son boas, poden chegar ós 12 ou 15 centímetros», explica otro testigo. Veneno?en?las alcantarillas Antes de que el problema pase a mayores, el Concello ha decidido ponerle freno. El edil de Medio Ambiente, Manolo Rodríguez, no cree en los flautistas de los cuentos. En vez de esperar su melodía se ha lanzado a negociar una campaña de desratización con algunas empresas especializadas en menús envenenados. Si las tarifas no le convencen, será el propio Concello el que asuma el control de los roedores. La campaña se iniciará en la zona de la plazoleta y la calle Venezuela, pero podría extenderse luego al resto del casco urbano. Si las ratas lo supieran, seguramente huirían con el rabo entre las piernas.