Tras las ventas del Bono Comercio, la clientela espera ahora al Black Friday
10 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Como en el juego de la oca, los comerciantes de la zona están detectando que la clientela cada vez se mueve más a golpe de campaña de descuento y eso está ocasionando parones en las ventas entre iniciativa e iniciativa. Pasó esta semana con las compras incentivadas por el Bono Comercio de la Xunta que cada año, aseguran en los establecimientos de la comarca, «causan máis furor e a xente vólvese tola».
Tanto es así, que explican que «desde que se anunciou, viñan pola tenda, preguntaban, miraban e marchaban». Una dependienta de Lalín comentaba ayer que «tivemos quen nos dixo que non mercaba porque co tempo que estaba ía a agardar a que viñera o frío e os dos días, o primeiro do bono comercio chegou e foi directa o que xa mirara para mercalo co desconto».
Los comerciantes agradecen infinitamente esta exitosa campaña que, dicen, se traduce en numerosas ventas que sirven de inyección de efectivo a los establecimientos comerciales. Fueron muchos los que manifestaron su deseo de pedir al gobierno gallego que «amplie a partida e si vai a destinar os cartos a outra cousa para o comercio que vaian todos ao Bono Comercio».
Cada vez la partida se acaba antes y son «dous días e medio». Alguna dependienta se encontró con que una clienta se benefició del descuento del bono y la siguiente en la cola ya no pudo hacerlo porque se agotó la partida.
Después de ese bum con numerosas compras y mucha gente en las tiendas «quedou todo baleiro e a xente xa non volve a mercar». Un parón que se nota ya estos días en los establecimientos. Los comerciantes coinciden en que «a xente estase acostumando a mercar só se hai descontos e iso é a morte do pequeno comercio». En las tiendas comentan que ahora «os que pasan a mirar, xa che din que non van a mercar ata que chegue o Black Friday e pregúntannos que días van ser». Una espera generalizada por parte de la clientela supondrá un parón importante en las tiendas que ya se ven esperando hasta fin de mes para volver a tener un flujo de ventas importante.
Ayer en una tienda recibieron con asombro la pregunta de una clienta interesada en saber si el 11 del 11, es decir el próximo lunes, había descuentos. Algunos comerciantes critican el Black Friday, una moda importada, que está arraigando con fuerza y que al comercio local le lleva parte de las ganancias de Navidad. Y es que cada vez son más los vecinos de la zona que aprovechan esta campaña para adelantar las compras de regalos navideños.
Eso supone, dicen los propietarios del pequeño comercio, vender menos durante las fiestas y perder el margen de muchas de esas transacciones, al tener que hacerlas aplicando descuentos siguiendo la estela de las grandes cadenas y las grandes superficies. Con el Bono Comercio, la mayoría de las compras, señalan los comerciantes, fueron para consumo propio de los que realizaban las compras. No se envolvieron apenas prendas y complementos para regalo y había, dicen, «que viña co bono do pai, da sogra ou do cuñado, para aproveitar os descontos» y quien pidió al comercio que le hiciera un bono regalo por una determinada cuantía.
Si el Bono Comercio de la Xunta causa sensación, los folletos de la campaña «Merca no teu comercio» de la provincia de Pontevedra de la Federación de Comercio de Pontevedra y la Federación Gallega, no reciben ninguna atención por parte de la clientela, pese a los esfuerzos de los comerciantes por divulgar la campaña que se prolonga hasta el día 13.
Dicen que «a xente non quere levar traballo, nin rexistrarse nin andar metendo os datos da compra». También les queda lejos la posibilidad de asistir a una gala con entrega de premios y sorteos en directo. La campaña reparte 50 bonos de 200 euros, pero la contestación que más reciben en las tiendas a la propuesta es «o fin a min non me vai tocar».
«Para poder vender zapatos o que precisamos é que chova»
El tiempo es uno de los factores que más influye en las ventas y este año, apuntan los comerciantes, «está sendo un ano raro». La temporada de otoño-invierno arrancó muy bien. El 1 de septiembre empezó a llover con fuerza y esos días de chubascos trajeron consigo que tanto mayores como pequeños hicieran acopio de prendas de algo más de abrigo, de agua, y de calzado.
Después de eso las últimas semanas soleadas y con temperaturas primaverales no ayudaron a dar salida a prendas más acordes con esta época del año, pero «con sol tamén se saíu máis e tamén axudou a vender». En algunas tiendas de lencería de la zona, se mostraban satisfechos con la marcha de la temporada porque pese a que aún no llegó el frío «chegará e hai quen ve algo que lle gusta e aproveita a mercalo por se logo non queda talla».
Ayer la propietaria de una zapatería aseguraba que «para poder vender zapatos o que precisamos é que chova». Sus deseos se cumplían porque poco tiempo después caía en Lalín una tromba de agua. Pese a ese paréntesis, las previsiones arrojan nuevas jornadas soleadas para la semana que viene, eso sí, con alguna intercalada con lluvia.
Tras la escasa duración del Bono Comercio que es «un visto e non visto», por las tiendas siguieron pasando los siguientes días clientes que se encontraron con que no podían usar esos potenciales 30 euros. Eso hizo, cuentan, que algunos se echaran atrás con algunas compras.
Los plumas aguardan en los almacenes a que llegue el frío
Dadas las temperaturas de las ultimas semanas, en algunos establecimientos reconocían que las prendas de más abrigo como los plumíferos seguían esperando en el almacén. Los comprados para el inicio de temporada y los de reposición y que temen que, a este paso, se acabarán vendiendo ya con las rebajas del Black Friday.
La mayor demanda se centra en la ropa de entretiempo donde triunfan las sudaderas, las camisas e incluso las camisetas de manga corta. Y es que con los 22 o 23 grados que se registraron hasta no hace mucho, el tiempo no invitaba a sacar el abrigo.
Para los niños, los padres están esperando a que llegue el frío de verdad para llevarse las prendas de abrigo en el momento que las necesiten, no vaya a ser que en el intervalo de espera los peques peguen un estirón.