
Prado-Vilar abordará hoy el deterioro y expurgo histórico del cenobio silledense
23 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Entre el olvido y la desidia vivió durante décadas uno de los ejemplos del románico más destacados de Deza y de toda Galicia. Un deterioro constante del monasterio de Carboeiro que estuvo a punto de verlo desaparecer, sumándose el latrocinio y expolio de este Ben de Interese Cultural. Con motivo del centenario del Seminario de Estudos Galegos (SEG) se promueve hoy una charla sobre el cenobio silledense, así como un recorrido por su entorno. Una iniciativa del Museo Provincial de Pontevedra que ayer desvelaba algunas claves del contenido de la conferencia del investigador Francisco Prado-Vilar, que incluirá una visita guiada a este monumento, además de divulgar en redes sociales fotografías antiguas del estado del edificio monástico y su iglesia.
El 29 de junio de 1929 fue cuando varios miembros del Seminario de Estudos Galegos visitaron San Lourenzo de Carboeiro, mostrando su preocupación por el estado de abandono del monasterio. Una visión compartida por la Comisión Provincial de Monumentos y por la Sociedade Arqueológica de Pontevedra, que buscaron como fórmula para intentar preservar ese patrimonio de gran valor que se declarase el cenobio como monumento histórico artístico. Ese reconocimiento llegaba en 1931.
Pero Carboeiro tampoco revivía pese a ostentar el distintivo de monumento histórico artístico, avanzando durante décadas el deterioro de las construcciones y especialmente el expurgo de bienes, como se destacaba en redes sociales desde el Museo Provincial de Pontevedra. De todo ello disertar Francisco Prado-Vilar, poniendo el foco en la desaparición un día de Nochebuena de figuras del tímpano de la iglesia monacal, que ahora se exhiben en el Museo Marés de Barcelona.
El tímpano «perdido»
Francisco Prado-Vilar reavivaba precisamente la situación del tímpano del cenobio románico al desvelar a principios de año en La Voz la aparición de nuevos documentos por parte del investigador para avalar el robo de dos de las piezas que integraban ese conjunto escultórico. En concreto de cartas que demuestran que las bellas tallas datadas en el siglo XII fueron sustraídas de la portada del templo. La presencia de esas dos esculturas expoliadas en Carboeiro está documentada a través de imágenes y trabajos de historiadores. En fotografías de los años 30 y 40 del pasado siglo aparecían conformando el tríptico del tímpano, del que solo se conserva en el monasterio la representación pétrea de dos evangelistas, san Mateo y San Marcos. De la exhibición de sus «compañeras» en el Museo Marés, el Pantocrátor y los símbolos que recrean a san Lucas y san Juan, también hay testimonios por escrito.
El descubrimiento de Prado-Vilar llevó a la Consellería de Cultura a interesarse por la situación de esas esculturas, iniciando conversaciones con el Ayuntamiento de Barcelona, de quien depende el Museo Marés, para buscar la restitución de ese patrimonio a Galicia. En la mano esas cartas halladas en el Arquivo de Galicia y el Archivo General de la Administración como documento incontestable de que se trato de un robo en el cenobio medieval, denunciado en 1957. Dada esa sustracción ilegal al contar con protección Carboeiro desde 1931 con su declaración de monumento histórico artístico, la lógica determina que sin llegar a la vía judicial debería producirse ese regreso a su origen de las dos piezas del tímpano románico. Pero como ocurre en tantos ámbitos de la vida, a veces la lógica se incumple de forma sistemática. Queda esperar que más pronto que tarde en esta ocasión sí haya un final feliz.