El retablo barroco de la iglesia de Ancorados volverá a brillar con una restauración en dos fases

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

MARCOS MÍGUEZ

La pieza acusa pérdida de elementos decorativos y policromía

03 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El retablo de la iglesia estradense de Santo Tomé de Ancorados recuperará pronto su esplendor tras una restauración en dos fases promovida gracias a un convenio entre la Consellería de Cultura, la Archidiócesis de Santiago y el Concello de A Estrada.

El Consello de la Xunta dará hoy luz verde al acuerdo, que permitirá invertir más de 50.000 euros en la restauración de la obra.

La pieza, de estilo barroco, cuenta con una gran calidad estética. Está llena de motivos decorativos vegetales realizados en dorado. En este momento se encuentra en muy mal estado de conservación. Presenta pérdidas de elementos decorativos y de policromía, repintes generalizados y remodelaciones estructurales. Además ha sido presa de un grave ataque de insectos xilófagos que compromete la estructura.

Para solucionar estas deficiencias, el convenio prevé actuar en dos fases entre este año y el 2024. En la primera fase se realizarán tareas de limpieza, desmontaje y desinsectación que serán llevadas a cabo por una empresa especializada. La segunda fase incluirá el cierre de juntas y grietas, el saneado y la consolidación del soporte, la eliminación de repintes, la fijación de policromías, el tratamiento de los elementos metálicos, diversas tareas de protección y el barnizado final de la pieza.

La Archidiócesis de Santiago es la titular del inmueble y la beneficiaria de la ayuda de la Xunta, que pone a disposición del Concello para que sea quien contrate la restauración del retablo.

La iglesia es un bien catalogado en el Plan Xeral de Ordenación Municipal del Concello de A Estrada. Tanto el templo como su entorno gozan de protección integral. La iglesia es de estilo románico, de la segunda mitad del siglo XII, con una nave única, ábside rectangular y cubierta a dos aguas. Conserva trazas románicas en la decoración de capiteles y la portada principal, a pesar de las reformas y ampliaciones sufridas a lo largo de los siglos.