El alcalde de Silleda asegura que «non vou a aceptar chantaxes» y lleva de nuevo a aprobación plenaria las tres dedicaciones y el puesto de confianza
12 jul 2023 . Actualizado a las 21:06 h.El alcalde socialista de Silleda, Manuel Cuíña, lanzaba este miércoles un órdago al BNG tras su bloqueo a la aprobación de las dedicaciones exclusivas y el puesto de personal eventual para este mandato. En una larga comparecencia pública donde repasó todo el proceso de negociaciones, rebatiendo con datos que se buscase consenso ni que la formación nacionalista desconociese la última propuesta económica del gobierno, el regidor se mostró meridianamente claro: «Non vou a aceptar chantaxes e se non sae presentarei a miña dimisión». La cita será el día 19, a las 11.00 horas, en un pleno extraordinario que se augura tenso.
Cuíña remarcó que ganó tres veces en las elecciones locales, dos con mayoría absoluta, para afirmar que desde su nombramiento como alcalde «viñeron a intentarme chantaxear máis dunha vez, non os vou a aceptar nin de dentro nin de fóra, de empresas que dicían que habería problemas». Por ello convocó ese pleno extraordinario, cuando se reincorpore la teniente de alcalde, Mónica González, a las 11.00 horas. «A esa hora non por dicir que xa que non chegamos a un acordo xa rompo», en alusión al acuerdo alcanzado con el BNG para que sean a las 18.00. Optó por horario matinal porque, dijo, si no salen adelante las dedicaciones y el personal, en esta ocasión conformando un único punto del orden del día, para tener tiempo en esa misma fecha para presentar la dimisión.
«Despois poderán seguir chantaxeando a este equipo de goberno, a este partido ou a este pobo, pero a min non», remarcó el regidor. Tildó de vital contar con personal eventual, decidiendo unir el acuerdo al de las tres dedicaciones exclusivas con los mismos salarios «que se cobraban o mes pasado», tras bajar de 146 trabajadores del Concello «a pouco máis de sesenta». «Se os salarios non saen adiante, ao acabar o pleno presentarei a miña dimisión, recollerei o meu despacho e deixarei de ser alcalde de Silleda», sentenció.
Sobre la posibilidad de reabrir negociación con el BNG, dijo que la iniciativa debe partir de esa formación. «Se a min me poñen un wasap agora, dentro de media hora, dentro dun día, de dous, como puxen eu o último, contestarei aos cinco minutos dicindo cando queirades e onde queirades», dijo. Cuíña aseguró no entender el posicionamiento de los nacionalistas, como ya que no entrasen en el gobierno tras proponerles —sin que aceptasen negociar— un área amplia con Cultura, Deportes y Turismo, como la que tuvo el BNG en el bipartito, y la de Servizos Sociais «porque eles fan moito fincapé no seu documento político no SAF».
Insistió Manuel Cuíña en que los vecinos piden un gobierno juntos, con ocho ediles frente a cinco del PP, con más de mil votos de diferencia. Y en todo caso que ayudase y facilitase el BNG la gobernabilidad del Concello desde fuera. «Esta posición non a entendo porque en outros concellos non atopamos ningún onde queiran quedar a oposición e negocien un tope de masa salarial pero digan fulanito vai cobrar isto, menganito isto,... eu o achaco a que só buscan é que este alcalde caia e se lle fago caso aos meus compañeiros non debería ceder para que non consigan o que queren, pero dende o 2007 vin a traballar polos silledenses e para os silledenses, para o meu pobo, e está claro que iso é o máis importante; se agora o problema son eu e o escollo son eu, por min no se vai ver afectada a gobernabilidade de Silleda», aseveró.
El alcalde cree que detrás de esa postura del BNG no debería haber rescoldos de la ruptura traumática del bipartito, con la salida de Matías R. da Torre del gobierno. «De aí a doce anos... e con outros actores porque entón e que non nos presentamos para o ben xeral do pobo», sentenció.
Un documento político de seis puntos aceptados y conservaciones por WhatsApp
Antes de explosionar la bomba de su posible dimisión, Manuel Cuíña desgranó —arropado por buena parte de su gobierno— todo el proceso iniciado tras los resultados del 28M, de negociación con el BNG, que no hubo con el PP. Acusó a los nacionalistas de recurrir a medias verdades para aseverar que los seis puntos que recogía su documento político para definir las líneas maestras del mandato se aceptaron. Y cuando creían que entrarían en el gobierno dijeron no desde el primer momento. Esos puntos incidían en contratar obras y servicios con firmas locales, transparencia en la gestión, rebaja del IBI, alegar a proyectos eólicos, SAF municipalizado y rechazo al vertedero de Campomarzo.
El regidor remarcó que incluso cambiaron para atender una de esas cuestiones con un recurso de alzada ante el parque eólico de Monte Testeiros que en principio no iban a presentar. Insistió en que aceptaron la subida por asistencia a órganos colegiados y primero sí, pero después no, las retribuciones a grupos políticos, planteando un cambio que les beneficiaba en 1.000 euros, perjudicando en 700 a PSOE y 300 a PP.
Tocó repasar la negociación de retribuciones para reiterar, como dijo en el pleno, que el PSOE fue bajando desde 156.000 a 134.000 y después a 121.000 euros, enrocándose el BNG en 90.000 en todas las ocasiones y haciendo ellos el reparto. Cuíña leyó conversaciones de WhatsApp con la portavoz nacionalista, Erea Rey, donde consta que sí sabía desde la pasada semana la última rebaja a 108.000 euros, que negó en el pleno. «Non foi unha proposta unilateral», remarcó Cuíña y defendió el salto dado por Silleda en sus mandatos.