La estradense que escribe desde Nueva York la historia de las danzas urbanas

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

Anne D.

Evelyn Hastings logró una beca Fulbright e investiga el origen de los nuevos estilos

10 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La estradense Evelyn Hastings está cumpliendo su sueño americano. Desde niña tuvo la habitación empapelada con imágenes de Nueva York y soñó con convertirse en bailarina de hip-hop. «No conocía mucho más de las danzas urbanas, pero el hip-hop me fascinaba. Soñaba con ser bailarina de hip-hop, pero me parecía algo imposible para mí», explica. Hoy, Evelyn vive en Nueva York, asiste a clases de danzas urbanas en una academia situada al lado de Times Square e investiga in situ los orígenes de los distintos estilos. «A veces salgo a la calle y todavía no me creo que estoy aquí», cuenta al otro lado del teléfono.

Evelyn llegó a Nueva York hace un mes gracias a una beca Fulbright que le concedió la Xunta para ampliar estudios artísticos en Estados Unidos. «Está abierta ahora la nueva convocatoria», informa animando a quien quiera aventurarse a seguir su ejemplo.

Para la estradense —que estudió en el colegio Pérez Viondi y continuó formándose en el IES Manuel García Barros— su sueño empezó a tomar forma en Londres, donde estudió una licenciatura específica de danzas urbanas en la University of East London.

Eso fue después de descubrir que existía. Evelyn había estudiado danzas urbanas en la academia compostelana IB Dance Studio, donde llegó a formar parte de un grupo de competición. Sin embargo, a la hora de orientar su futuro profesional, muchos le aseguraron que de la danza no iba a vivir. Casi estaba convencida de estudiar medicina forense cuando un día, indagando por su cuenta, se enteró de que en Londres había una universidad en la que podía cumplir su sueño. No era fácil, pero con 18 años cogió la maleta y se lanzó de cabeza.

En Londres no le pudo ir mejor. Absorbió cual esponja todo lo que pudo, fue seleccionada para una estancia de aprendizaje en Chicago y bailó en una compañía profesional de Bollywood.

Pero la sed de conocimiento de Evelyn no se agota. La estradense quiere perfeccionarse como bailarina de danzas urbanas, pero también pretende contribuir a escribir su historia. «A Nueva York he venido con un proyecto para investigar las danzas urbanas, para recolectar la historia de estos estilos. Mi intención es hacer una especie de enciclopedia de las danzas urbanas, que todavía no existe. Estos estilos nacieron en los años 70 en barrios marginales y culturas racializadas y nadie se preocupó de recoger esa historia. Son danzas como el hip-hop, house, dancehall, voguing, waacking...», explica.

Evelyn estará un año en Nueva York trabajando con el Broadway Dance Center. «Es la primera escuela del mundo que llevó los estilos urbanos al estudio, donde empezaron a enseñarse», cuenta emocionada.

Cara a cara con los míticos

Para su investigación, Eveling entrevistará cara a cara a los precursores de los distintos estilos, que hicieron una historia que aún no está escrita y que la estradense quiere recoger y divulgar. «Quiero aportar material para los estudios reglados de danzas urbanas. Me encantaría que en España pudiese haber una Universidad en la que se impartiesen estos estudios para que la gente como yo no tenga que irse fuera», explica.

Evelyn no pierde el tiempo. La parte teórica de la investigación la compagina con un curso de baile en Broadway y con otro de psicología para bailarines «Quiero formarme lo máximo posible para hacer las cosas bien», dice. Además, ha abierto un blog en español e inglés sobre danzas urbanas (urbansitydance.com). Este año no tiene previsto regresar a España. «Quiero enfocarme y sacarle el máximo provecho a esta oportunidad», dice.

Ahora que ha cumplido su sueño de ser bailarina, Evelyn se ha marcado otra meta. «Me gustaría ser coreógrafa y directora artística y me encantaría dar charlas por el mundo informando sobre la danza urbana. Te sorprendería la cantidad de bailarines top que no tienen ni idea de los orígenes. Hay que darle a estas danzas el prestigio que merecen», cuenta.