De Costa de Marfil a la zona rural de A Estrada para repartir alegría

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

E CUIÑA

Martín Kouman se instala en Vea con la ilusión de ayudar a sus vecinos

22 oct 2022 . Actualizado a las 21:30 h.

Más de 6.000 kilómetros separan A Estrada de la ciudad africana de Tandá (Costa de Marfil). De ella es originario Martín Anani Kouassi Kouman, el nuevo párroco de Santo André de Vea, Santa Mariña de Barcala, San Miguel de Barcala y Santa María de Couso.

Pese al abismo cultural entre ambas localidades, Martín Kouman, que aterrizó en A Estrada a finales de septiembre, se declara encantado con su destino. «He cumplido un sueño», dice feliz.

Kouman procede de una familia marfileña de diez hermanos. Seis de ellos han fallecido. Sus padres también. «Mi madre se murió estando yo en España, diez días antes de mi ordenación», cuenta. A él, a pesar de todo, la vida empieza a sonreírle.

Kouman estuvo en el seminario en Costa de Marfil, donde fue durante un tiempo fraile Marianista. Sin embargo, su ilusión era ser sacerdote, algo difícil de conseguir en su país de origen. «Allá la ordenación como sacerdote no se hace al acabar los estudios, sino cuando hay necesidad, pero hay muchas vocaciones y no siempre puedes llegar a ser sacerdote. Algunos esperan toda la vida y nunca llega la oportunidad», explica el párroco.

La oportunidad a Martín Kouman le llegó en España, a raíz de un viaje con motivo del encuentro de las Juventudes Cristianas celebrado en el 2010. «Las jornadas se celebraban en Madrid, pero antes estuvimos en Galicia y visitamos Santiago de Compostela. Cuando el guía nos explicó la catedral y la historia del apóstol, me enamoré de Santiago y, cuando fui a visitar la tumba del apóstol, le pedí que me ayudase a culminar mi vocación y a ser sacerdote. Seis años después volví a Galicia para estudiar Teología», cuenta Kouman.

La intercesión apostólica y un sacerdote marfileño que Kouman conoció durante su visita a Galicia hicieron posible que en junio del 2016 el joven entrase en el seminario de Santiago y acabase licenciándose en Teología y ordenándose sacerdote.

Como seminarista, el marfileño ejerció la labor pastoral en Brens (Cee), Padrón, Touro y San José de Pontevedra. También fue diácono en Cambados. Tras su ordenación, el primer destino de Kouman ha sido A Estrada, concretamente la zona rural de Vea. «Yo siempre dije que iría a dónde me mandase el obispo, pero que, pudiendo elegir, me gustaría ser párroco en una zona rural para poder tener una finca para trabajar. Me gusta tener gallinas y plantar cosas, como hacía mi padre», explica.

El sacerdote no puede estar más feliz con el destino que le ha tocado. En principio, se le han asignado cuatro parroquias de la zona de Vea y la casa rectoral de Santo André como vivienda. No obstante, tras un tiempo en desuso, la rectoral necesita ser acondicionada, por lo que el párroco vive provisionalmente en otra casa con finca alquilada en San Xiao de Vea.

«La gente me ha acogido muy bien. Me he encontrado una gran generosidad. Hay vecinos que me traen cosas de sus huertas y hasta camisas o vajillas... Otros me hacen de guías y están pendientes de mí y me van enseñando cómo funcionan aquí las cosas. Los sacristanes y sacristanas también son encantadores», explica. «Yo quiero estar siempre para todos. Estoy abierto para hablar y para estar con todos», comenta el nuevo párroco entusiasmado.

«Quiero crear un punto de encuentro para que los mayores se reúnan semanalmente»

El marfileño ha llegado a A Estrada con los bolsillos y el corazón llenos de proyectos. «La gente que viene a la iglesia es la gente mayor, por eso quiero organizar una pastoral para adultos. Quiero crear un punto de encuentro para que las personas puedan reunirse un día o dos a la semana y hablar de la fe y de todo. En San Andrés hay un antiguo teleclub que se podría arreglar y convertir en lugar de reunión para hablar, para jugar, tomar café, escuchar música de su época... Hay mucha gente que vive sola. Algunos no tienen cómo desplazarse, pero podríamos incluso ir a buscarles a sus casas», explica Kouman desbordando ilusión. «Eso da alegría a la gente y también es una forma de pastoral. Me voy a centrar en los mayores. La pastoral de jóvenes y niños tiene que empezar por los adultos, para que sean ellos quienes los acerquen a la iglesia», cuenta.

Kouman agradece cualquier tipo de ayuda para sacar adelante su proyecto. «No pido nada, pero agradezco la colaboración de todos. Para mí es primordial ayudar. Tengo ganas de instalarme en la rectoral para poder recibir a todo el mundo, para convertirla en un lugar de encuentro, siempre desde el respeto», dice.

Kouman, que ya habla bien español y se pelea con el gallego, también quiere restaurar la cubierta de la iglesia de San Andrés. Es feliz en su destino, ya se ha habituado al pulpo y al caldo, y de Costa de Marfil solo echa de menor a su familia y el trato cercano con los feligreses más allá de los oficios dominicales.