Una estradense pide ayuda para costear la operación de su marido en Venezuela

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

cedida

En un viaje sufrió una fisura en la aorta y la intervención cuesta 91.000 euros

13 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La estradense Olga Otero Castro está desesperada. Su marido, Wilmer José Salazar Hernández, viajó a Venezuela para arreglar el papeleo que habían dejado pendiente cuando se trasladaron a vivir a Galicia y estando en Caracas sufrió un problema de salud que le obligó a ingresar en una clínica privada. Ahora, para poder regresar sano y salvo a San Andrés de Vea (A Estrada), necesita someterse a una operación quirúrgica que cuesta 91.000 euros, más de lo que la familia tiene o puede reunir en este momento. Para intentar salir del trance, su mujer ha recurrido a la plataforma Gofundme, en la que este martes ha abierto una cuenta bajo el título Wilmer merece seguir viviendo... ¡nos necesita!. En la tarde de ayer habían logrado reunir 9.236 euros, pero aún falta mucho para pode completar el presupuesto.

La historia de Olga y Wilmer es la de tantas familias que tuvieron que dejarlo todo en Venezuela en busca de una vida tranquila y un futuro para sus hijos. Olga es hija de emigrantes estradenses en Venezuela. Nació allá, conoció a Wilmer y formó su propia familia. Cuando sus padres volvieron a A Estrada en 1998 ella tenía claro que su vida estaba en El Junquito, ese barrio de Caracas donde el 99 % de los residentes tienen raíces gallegas.

Sin embargo, conforme la situación en Venezuela fue empeorando, Olga empezó a pensar en Galicia como una alternativa. «A mí me atracaron cuando mi hija mayor tenía año y medio y me amenazaron con matar a la niña», explica Olga. «Lo que ocurre es que te vas acostumbrando a todo. Yo trabajaba de profesora y mi marido en una farmacéutica. Económicamente nos podíamos permitir seguros privados y colegios privados y así íbamos viviendo. Sin grandes lujos, pero cómodamente. Te vas acostumbrando a no salir, a no exponerte... Lo que ocurre es que puedes llegar a estar secuestrado en tu propia casa. Nosotros en ese sentido tuvimos mucha suerte», cuenta Olga sobre la inseguridad en Venezuela.

En su traslado a A Estrada pesó mucho la bofetada de realidad que supuso el mediático secuestro de los hermanos Faddoul, en el 2006. Los tres niños acudían al colegio con su chófer cuando el vehículo fue parado en un falso control policial. Se pidió un rescate por ellos, pero al final fueron asesinados. «El pequeño, Jasón Faddoul, era compañero de nuestra hija María», explica Olga.

El paso definitivo hacia Galicia acabó dándolo Olga hace seis años. «Mi hija mayor estaba acabando la carrera en Caracas, así que me vine yo con mi hijo menor, Gabriel, para que ya empezara aquí el instituto y Wilmer se quedó allá con María. Cuando ella terminó se vinieron ellos también», explica Olga.

La familia lleva cuatro años en A Estrada tratando de rehacer su vida tras escapar de Caracas

La familia al completo lleva ahora cuatro años asentada en A Estrada, donde la pareja ha regentado el bar O Lar de Vea, en la parroquia de San Andrés. Wilmer también ha trabajado como repartidor del supermercado Familia y Olga, que es profesora de Matemáticas, imparte clases particulares.

Precisamente se encontraba con un alumno este lunes cuando recibió un audio de su marido contándole que sentía un dolor muy fuerte en el pecho y pidiéndole que le buscase una clínica. «Él se fue a Venezuela el 23 de julio y tenía previsto volver el 22 de este mes. Iba a arreglar papeleo. Tenemos allá una casa. Tenemos que ver qué hacemos con ella. Y también tenemos que arreglar muchos papeles. Además, como Wilmer no está encontrando trabajo aquí de los suyo, estaba intentando sacar adelante un proyecto entre Venezuela y España. Él allá trabajó en cuatro laboratorios farmacéuticos», comenta Olga.

Según cuenta la estradense, Wilmer, al no ser atendido en la sanidad pública, recurrió a una clínica privada. «Resultó que era una fisura en la aorta. Tuvieron que ingresarlo de emergencia y ahora tienen que operarlo a vida o muerte. El presupuesto que nos pasaron es de 89.000 dólares y no los tenemos», explica la estradense. «Los médicos nos dicen que no se puede venir en avión en el estado en el que está, que tiene que operarse allá urgentemente. Él tenía un seguro de viaje con una póliza de 30.000 euros, pero de momento el seguro solo acepta pagar 10.000. Mucha gente nos está ayudando con lo que puede. Tengo mucho que agradecer. No tengo palabras», cuenta Olga emocionada.