En busca de los secretos de la perdida Silvaescura

Javier Benito
j. benito A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

Cedida

04 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Cerámica del siglo XVII, monedas de 1940 o utensilios de cocina y labranza conforman parte de los vestigios sacados a la luz en la prospección de la aldea «perdida» de Silvaescura, en Forcarei. Un proyecto arqueológico busca desentrañar secretos de esta histórica aldea, en los lindes entre los montes de Soutelo y de Trasdomonte. Al frente de los trabajos estuvo Cristina Incio del Río, arqueóloga del Instituto de Ciencias del Patrimonio, que está adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Hubo apoyo de la Red de Arqueología del CSIC y del propio instituto en una iniciativa pionera en Galicia, al tratarse de uno de las primeras investigaciones arqueológicas en un enclave rural habitado durante la Edad Moderna.

La excavación en este núcleo lleva a los investigadores a considerar que estuvo parcialmente habitado hasta el siglo XIX, tras descubrir estructuras y otros elementos arquitectónicos. Además, se sopesa la posibilidad de afrontar una nueva campaña de prospecciones durante el próximo año y profundizar en el conocimiento de esta aldea forcaricense, centrándose en otros puntos como el antiguo lavadero y varios molinos de agua.

De forma paralela a las prospecciones se activaron visitas guiadas a este lugar, en las que participaron más de 120 personas, principalmente del municipio forcaricense aunque también de otros puntos de toda la provincia pontevedresa. Fueron organizadas por el Concello en colaboración con los investigadores, ampliándose las expediciones por la elevada demanda. Desde el gobierno local agradecían ayer además la cooperación de los propietarios de las fincas en las que se acometen las actuaciones, que refrendan el potencial turístico de Silvaescura.

De esta aldea se carece casi de referencias históricas documentadas. Solo hay algunas, destacando la redención de los foros de As Codesás en Trasdomonte, en un documento de 1624, al convento de Aciveiro, así como una querella de 1687 contra el rector de A Madalena por tener diezmado más de lo que le correspondía a Silvaescura y otras aldeas. Los trabajos acometidos incluyeron rozas y limpiezas, levantamiento planimétricos y sondajes y excavaciones arqueológicas, con autorización de la Xunta y permiso de los propietarios de los terrenos. Hubo también recogida de tradición oral sobre este lugar.