El tabaco causa el 80 % de infartos que rehabilita el hospital de Santiago

JOEL GÓMEZ SANTIAGO / LA VOZ

DEZA

PACO RODRÍGUEZ

Cardiología estudió 1.379 pacientes tratados los últimos años, la mayoría varones

24 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«Más del 80% de los pacientes que sufren un infarto y acuden al programa de rehabilitación cardíaca del CHUS son o han sido fumadores. Este porcentaje alcanza el 90% en pacientes varones menores de 45 años. El mayor porcentaje de fumadores activos se concentró en los grupos de edad más jóvenes, con una prevalencia del 75% entre los menores de 45 años y del 60% entre los de 45-55 años»: así concluye un estudio reciente de la unidad de rehabilitación cardíaca del Hospital Clínico, entre 1.379 pacientes que asistió en el período 2015-2020, sus primeros años. «No es un estudio americano ni de un país lejano; son vecinos nuestros y es una realidad de ahora, que nos impacta a diario. La mayoría de los jóvenes que sufren un infarto en el área sanitaria son fumadores, y son muchos», destaca Carlos Peña Gil, cardiólogo que coordina esa unidad.

Estos datos los expondrán en los próximos congresos estatal y europeo de cardiología, afirma. «El tabaquismo continua siendo muy prevalente entre los pacientes que presentan infarto agudo de miocardio y acuden a un programa de rehabilitación cardíaca», agrega. Porque parte de quienes sufren un ataque cardíaco ya no llegan al hospital, pues «tres de cada diez fallecen antes», sostiene. «Muchas muertes precoces debidas al tabaco son por infartos. Preocupan sobre todo las personas de 40 y menos años que fuman; el inicio de la edad temprana del tabaquismo es uno de los objetivos que intenta combatir la nueva legislación en la que se trabaja; también aumentar los espacios libres de humo de tabaco y limitar la publicidad», indica. Porque «la gente joven fuma más. En nuestra área, el 80 % de las personas de menos de 65 años son o han sido fumadoras. Desde la ley del 2005 ha habido un descenso de fumadores, pero aún un 34 % de los jóvenes fuman ahora, es el sector más amplio de fumadores. Fuman más los varones, se observa una menor porcentaje de mujeres fumadoras en todos los grupos de edad analizados».

Carlos Peña califica de «escandalosa» la publicidad agresiva para fomentar el tabaquismo. Y en establecimientos que venden cigarros y que animan a entrar y comprar.

Publicidad «indignante»

«La publicidad ha aumentado y es de algo que está matando gente. Se potencia en lugares de Santiago por donde pasan jóvenes universitarios, y próximos al hospital. Pasamos por allí sanitarios que tratamos pacientes con infarto, cánceres, EPOC o ictus causados por el tabaco y tenemos que soportar esa publicidad que va contra la salud, es indignante esta estrategia. Las tabacaleras no deberían de poder hacer publicidad en sus escaparates y vender otros productos que no sean tabaco y que actúan como reclamos», manifiesta este especialista.

Descienden las personas que fuman, pero «el 20 % de la población de España actualmente es fumadora, según datos recientes. En los años 90 eran muchas más, alcanzaban el 40 %. Aun fuman un 25 % de los varones y un 18 % de las mujeres. En otros países más desarrollados de Europa, como Finlandia o Suecia, ya están por debajo del 15 % de personas que consumen tabacos, llevan ventaja», resalta, y apela a seguir el ejemplo de esos países y reducir también aquí el consumo. Porque «si no hubiera tabaco, desaparecerían gran parte de los infartos en pacientes por debajo de los 65 años, y muchos dramas familiares de pacientes que mueren por infarto antes de llegar al hospital».

«Marcarse una fecha para dejarlo antes de tener un ataque cardíaco, un ictus o un cáncer»

Carlos Peña Gil, el cardiólogo que coordina la unidad de rehabilitación cardíaca del CHUS, enfatiza que «la buena noticia es que la gran mayoría de quienes sobreviven a un infarto y participan en un programa de rehabilitación cardíaca dejan radicalmente de fumar, solo un 10% de los pacientes sigue fumando. Esto demuestra que si se puede. Lo ideal es marcarse una fecha para dejarlo y no esperar a tener un ataque cardíaco, un ictus o un cáncer. El infarto asusta más para dejar de fumar. La mayoría de quienes lo padecen dejan el tabaco de golpe, incluso sin ayuda; aunque si precisan ayuda se les ofrece», agrega.

La conclusión de este estudio es que gran parte del trabajo de los servicios de cardiología y del coste asociado de la asistencia se debe al consumo de tabaco. La legislación actual es insuficiente para dar respuesta al drama personal y familiar que causa el tabaco, por eso defienden que se amplíe, para evitar la pérdida de años de vida y mejorar la calidad de vida de la población.