Impacto sonoro y visual
Entre las consecuencias de esa proximidad con los aerogeneradores apuntan el impacto sonoro aunque les digan que no habrá molestias o le apuntarán a algún vecinos cambiar las ventanas. «No hemos escogido vivir en el rural para estar encerrados en nuestras casas, sino que escogimos vivir al aire libre con la calidad de vida que ofrece el campo abierto y la alta montaña. Suman el impacto de las balizas luminosas de los molinos de viento, afectando a la contemplación del cielo nocturno, así como la posible caída de una pala.
Los vecinos afirman estar indefensos ante las pretensiones de la firma promotora, aduciendo sentir «que nos han robado el derecho a ser parte de las decisiones que afectan al territorio que habitamos y se nos impone convivir con aerogeneradores gigantes encima de nuestras casas». Reclaman respeto «a nuestra calidad de vida y al pueblo donde han vivido todas nuestras generaciones de antepasados». Por ello insisten en solicitar que se retiren del proyecto eólico Campo das Rosas los dos aerogeneradores tan próximos a Cuiña, «especialmente el CR-07, para el que está demostrado los claros perjuicios que supone para la población». Creen que su retirada no supone una modificación sustancial del proyecto y puede realizarse, como se hizo ya con el aerogenerador CR-02 o con el cambio del acceso al parque.
Aducen desde el colectivo que tienen más superficie de montes sin afecciones y con licencia social para instalar aerogeneradores en la poligonal del parque eólico Pico Touriñán. Creen que la compañía debería ser la primera interesada en que el parque eólico tenga aceptación de todos los implicados, en especial la comunidad de montes, lo que respaldaría los valores empresariales que defienden y su imagen corporativa. Apelan a su responsabilidad social y de respeto al territorio para que cambien esos aerogeneradores, además de mostrar su disposición a una reunión para abordar esta problemática.