Hay mercancía que no salió y madera que se acumuló en el monte
03 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Los distintos sectores aún arrastraban esta semana los efectos de la huelga de transporte y aunque los camiones volvieron a salir a la calle, el exceso de encargos pendientes hizo que todo arrancase poco a poco. Los aserraderos de la zona no fueron ajenos a esta situación y se encontraron con que la materia prima no entraba y tampoco lo hacían los productos, que en algún caso llenaron los almacenes.
A pie de las carreteras se pudieron ver montones de troncos procedentes de cortas que esperaban ser recogidos. La falta de movimiento obligó a cerrar a algunas empresas. Fue el caso de Maderas Zamar, en A Estrada. Estuvieron parados por falta de para trabajar limitándose a la realización de tareas de mantenimiento y el aprovechamiento de la madera que les quedó en proceso pero estos días volvieron a la actividad. La firma realiza tabla para palés para los que utiliza únicamente pino que adquieren a productores de la zona. Mandan sus productos por toda España y cuentan con 12 empleados.
El parón de esos días de huelga se está traduciendo, apuntaban en la firma en «moitos retrasos». Una situación que es común a otras firmas del sector. Al igual que otras a esos problemas suma las subidas del precio del gasoil que alimenta a muchas de las máquinas que usan y aumenta también el precio de los transportes. En Maderas Torreira de Agolada, Juan José López, explicaba que estaban trabajando ya con normalidad y señalaba que «o problema máis grande que temos é que o consumidor non acepta os prezos».
Cifra en un 20 % el aumento de los gastos de producción a costa de la subida de las materias primas y el precio de la energía. Cuenta que «costa máis vender». En su caso están especializados en madera para el ferrocarril, para la construcción de casas y la rehabilitación de viviendas.
La plantilla la integran cuatro personas y venden por toda España, Francia y Portugal. Compran, sobre todo, roble, pino y castaño en Galicia y en distintos puntos de Europa trabajando también con maderas exóticas procedentes de África. Durante la huelga de transporte fueron almacenando todo el material producido en el almacén.
En Maderas Deza, Mari Insua, coincide en la subida de los costes. Uno de ellos es también el precio de la luz y comenta que «en decembro paguei seis meses máis que o ano pasado na mesma data». En esta empresa, la materia prima es el pino y la falta de material transporte hizo que no pudiese salir tampoco hasta mediados de esta semana los subproductos que realizan como el serrín o la corteza. La firma trabaja en la realización de productos para embalaje. Por otra parte hay transportistas que aún no están realizando viajes a algunas zonas de España como es el caso de la de Valencia, lo que también afecta a las empresas.
«Non chegamos a pechar pero temos moitos retrasos que nos están levando a non poder cumprir os prazos»
Las empresas de carpintería de la zona tampoco son ajenas a los efectos de la huelga y el parón que trajo consigo. Una falta de transporte que hizo que se retrasasen los envíos y también la recepción de materias primas con las que trabajan. Moisés Ferreiro de Hiserfero señala que «quedamos sen materias primas. Non chegamos a pechar pero estivemos aí polos pelos».
Señala que están teniendo muchos retrasos y eso les lleva a no poder atender pedidos, y en algunos casos, «non poder cumprir cos prazos» de entrega de trabajos. Al igual que en otros sectores, la inflación se traduce, cuenta, en una subida de materiales. Explica que «segue subindo todo: o aluminio, o aceiro, todo o material de ferretería... non nos baixa nada. Uns llo achacan ós outros e din que se os hidrocarburos, outro que se a materia prima, pero sube todo». Lo que más se está encareciendo, apunta, son disolventes y barnices, todos los productos derivados del petróleo y las maderas. Parte de ellas, explica, lo hacen también en cierta medida a consecuencia de la guerra señalando que «moitas veñen de Rusia como pino ruso e nótase bastante incremento». La escalada de los precios hace, dice, que «haxa que loitar o dobre ou o triplo» y exige en algunos caso negociar.
Más encargos que nunca
La parte positiva es que, en su caso pese al elevado precio que tiene todo, y al igual que le ocurre a otras del sector, están teniendo más encargos y trabajo que nunca. Ferreiro apunta que «nos estamos a tope» y recuerda que venimos de un pandemia y eso hizo que durante un tiempo muchos de los que querían hacer una obra esperasen. En Hiserfero señalan que están teniendo una lista de espera de dos, tres meses o incluso más en algún caso. Los retrasos en las entregas de materiales hacen que tengan muchos trabajos pendientes de alguna cosa para poder acabarlos. Moisés Ferreiro comenta que «o que se está demandando máis é a carpintería de calidade» explicando que la gente que dispone de dinero no le importa gastarlo y recurre a ellos en busca de cosas más exclusivas que no encuentran en el mercado, hechos a medida y con otras prestaciones.
Esa tendencia se traduce en la vuelta al uso de maderas nobles como el nogal, que se suma al roble que sigue siendo fundamental. En estos momentos, indica, «escasea un pouco o pinus abetus e incluso o pino galego porque se vende moito para fora». Una producción, dice, que «case están acaparando os chinos». El pino se utiliza también para realizar estructuras de madera, de ahí que es la que tenga una mayor demanda.
El transporte se activó pero muy tímidamente. Las empresas que tienen externalizado el servicio de transporte y cuentan con pequeños empresarios que son autónomos, de momento aún no empezaron aún a trabajar en muchos casos. Ante la necesidad de material, alguna empresa optó por ir a recogerlo ellos mismos transportándolo por su cuenta para poder servir a clientes y evitar tener que parar la actividad. Las empresas de la zona entienden que el parche que se puso al problema de los transportistas no va a solucionar nada teniendo en cuenta que el precio del gasóleo continúa subiendo. El sector de la carpintería sigue acusando también la falta de trabajadores especializados, a lo que siguen sumando la subida de los costes de la luz o la Seguridad Social, entre otros.