García Arroyo, oncólogo del CHOP: «Son pocos, pero ya vemos tumores de páncreas curables»
DEZA
Francisco Ramón García Arroyo, oncólogo en el hospital de Montecelo de Pontevedra y también en el de O Salnés, asiente con la cabeza cuando se le indica que un estudio internacional identifica el cáncer de páncreas como uno de los de mayor riesgo en el área sanitaria, por el mal pronóstico que suele presentar. Aclara, eso sí, que no es ni de lejos el que más se detecta, pero sí uno de los más complejos. ¿Por qué? «El problema con los tumores de páncreas es que son muy silenciosos, no dan apenas síntomas y, por tanto, su diagnóstico suele ser tardío». Aún así, su experiencia le da esperanza: «Son pocos, pero ya vemos tumores de páncreas curables o a pacientes que, si bien no se curan, sí tienen una esperanza de vida importante. Esto hace años no era así. Además, hay una importante investigación en torno a estos tumores, precisamente, por su mal pronóstico. Es probable que pronto tengamos más herramientas para afrontarlos».
García Arroyo habla también de los otros dos tipos de tumores que el estudio hecho a medias entre investigadores españoles y portugueses identifica como los de mayor riesgo, los de esófago y estómago. En el caso del de esófago, señala que su mal pronóstico suele ir aparejado con el situación en la que está el tumor y la dificultad quirúrgica que presente. Y, en cuanto al de estómago, señala que el principal problema es que suele pasar tiempo desde que se produce el tumor hasta que se detecta, a veces porque presenta poca sintomatología y, en ocasiones, porque aún habiendo dolor de por medio no se identifica bien.
Los de mayor incidencia
En todo caso, el doctor García Arroyo insiste en que el hecho de que tengan peor pronóstico no debe confundirse con que sean los tumores con mayor incidencia. En este último caso, su percepción es que en parte de la provincia, en el caso de los varones los tumores de los que más nuevos casos se detectan son los de pulmón, próstata y colon. Y, en cuanto a las mujeres, sin duda el de mama, con una altísima tasa de curación.