Un estradense con ojo fotográfico

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

miguel souto

Felipe Souto no para de cosechar premios por sus panorámicas: en 2020 triunfó por triplicado y ahora ha colocado un foto en el Top 50 mundial

18 oct 2021 . Actualizado a las 23:40 h.

El estradense Felipe Souto se está convirtiendo en referente mundial en el mundo de la fotografía panorámica. La pandemia dio al traste con sus planes de grandes viajes, que siempre organiza con la fotografía en el punto de mira. «Cuando planeo un viaje, sea cerca o lejos, siempre estoy pensando en hacer fotos. Elijo los lugares para llevarme algo», confiesa.

El covid le impidió hacer las rutas planificadas por Estados Unidos, Papúa y Laos. A cambio, le dejó tiempo para redescubrir el entorno más próximo y para entrar de lleno en el mundo de los concursos fotográficos. «Me aficioné a los concursos como forma de entretenimiento y la verdad es que estoy teniendo suerte. Como decía un golfista famoso, cuanto más entreno, más suerte tengo», comenta.

Felipe Souto triunfó por triplicado en la edición del 2020 del concurso The Epson International Plano Award, uno de los certámenes de fotografía panorámica más importantes del mundo. Entonces se llevó dos medallas de plata y una de bronce. En la convocatoria de este año, Felipe Souto no solo logró tres platas y cuatro bronces, sino que además consiguió que una de sus fotografías se incluyese en el Top 50 mundial de la fotografía panorámica. La imagen que logró tal mérito es una panorámica tomada en una zona rural del noroeste de Vietnam. «Fue en la zona de Ha Giang, una zona fronteriza con China. Es la menos turística y la más auténtica. Es una zona segura, pero es difícil moverse. Yo la recorrí en moto con mi pareja. Creo que es la mejor forma de moverse», explica el fotógrafo. Una de sus panorámicas de los bancales de cultivo de Ha Giang se clasificó entre las 50 mejores del mundo en un concurso en el que participaron 1.245 fotógrafos de 97 países. Otras dos fotos -una en los arrozales de Vietnam y otra en la célebre pagoda Shwedagol de Myanmar- consiguieron también medalla de plata. «Me costó muchísimo conseguir la imagen de la pagoda casi vacía. Es uno de los lugares de peregrinación obligada de los budistas y la plaza está siempre llena», explica Felipe Souto.

El estradense tiene claro que la fotografía panorámica exige mucha paciencia y una buena planificación del viaje. «La fotografía de paisaje te exige incluso buena forma física. En la montaña puedes patear 12 o 15 kilómetros con el material. De febrero a octubre yo hago noche arriba para coger atardecer, Vía Láctea y amanecer. De noviembre a febrero puedes coger la Vía de Invierno, pero necesitas buenas botas, raquetas para nieve y crampones y piolets por la mañana...», comenta. «Aún así, a mí me parece más fácil esto que lograr un buen retrato. Es mi pasión, pero por mi físico, rapado y corpulento, no suelo conseguir que la gente se relaje. Por lo general saco la foto primero y después pido permiso. Si no me dan permiso, la borro delante de ellos, por supuesto. Es la forma de conseguir frescura», explica.

Un viaje a la vista para fotografiar auroras boreales

«Si tienes una buena localización y vas a sitios que la gente no está acostumbrada a ver ya tienes dos buenos ingredientes para acertar, aunque por supuesto tienes que tener una buena técnica y un buen procesado. Para mí el Photoshop es fundamental, igual que lo era antes el laboratorio de revelado. Antes se hacían virados, quemados, reservas... Ahora se usa el Photoshop. Yo creo que es bueno si se hace con sutileza. Hay quien lo considera un engaño, pero es cuestionable. No hay mayor engaño que la fotografía en blanco y negro, porque la gente ve en color. A mí me encanta. El teleobjetivo, el super gran angular... todo manipula la realidad de algún modo», defiende Felipe. Su próximo viaje será a Islandia, dentro de 15 días, para fotografiar auroras boreales.