«Son contadas las personas que no tienen un tatuaje, incluso jubilados»

amelia ferreiroa LALÍN / LA VOZ

DEZA

E CUIÑA

Algo que recuerde a un ser querido encabeza la lista de las peticiones de grabados

31 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Cursó. Magisterio y Grado Superior en Diseño de Moda en Mestre Mateo. Cuenta con carta de artesana de complementos de moda.

Realizó. Cursos de cómic con premios, ilustración infantil, cartelismo ilustrado, tatuajes y perforaciones además de dermatología y cosmética.

El tatuaje, esa forma de modificación corporal que consiste en alterar el color de la piel, sobre la que se plasma un dibujo, figura o texto, ha generado a lo largo de la historia ríos de comentarios, popularizándose desde finales del siglo XX. Momento en que se incorporó progresivamente a la sociedad para cumplir funciones puramente estéticas. Un modo de expresión artística, para muchos, cuya evidencia más antigua se encontró en momias en la costa de Chile en el año 2.000 antes de Cristo, y que suma cada vez más adeptos. De la demanda y preferencias a la hora de hacerse un tatuaje sabe mucho la lalinense Olalla Garra Crespo, de las contadas profesionales que operan en la zona desde febrero de 2020.

-¿Cómo una se hace tatuadora?

-Por gusto (risas). Siempre me gustaron los tatuajes, lo mismo me ocurre con el dibujo, ilustrar... y en realidad el tatuaje es una forma de dibujar pero en otro soporte, que es la piel.

-Un soporte más delicado, sin duda. Pero, ¿está bien visto tatuarse o todavía produce cierto recelo?

-Creo que hemos avanzado, y ha sido en positivo, pero no es menos cierto que en algunos sitios no se ven los tatuajes con buenos ojos. Es más en ciertos trabajos no dejan a sus empleados tenerlos visibles, y pasa lo mismo con los piercings. Mejoró la forma de ver ambas cosas, hay más permisividad pero también se mantiene cierto rechazo. Pese a ello son contadas las personas que no tienen un tatuaje, incluso jubilados.

-¿Qué motiva la petición de un tatuaje?

-La mayoría de los que vienen a mi centro dicen que es por tener en su cuerpo algo que recuerde a un ser querido. Luego, en la lista de preferencias, está algo directamente relacionado con la mayor afición del que pide ser tatuado, sus gustos personales y también está la vertiente meramente estética. Sin embargo mayoritariamente subyace ese soporte en la piel de algo que recuerde a una persona muy querida; puede ser una fecha, iniciales, un nombre...

-La persona que acude por primera vez a su centro, ¿qué suele preguntar?

-Un poco de todo (risas), pero lo que más si duele, con qué es comparable esa sensación, si se reutilizan las agujas, si la tinta es permanente... Dudas siempre se plantean.

-¿Normalmente hay una idea muy clara de lo que se quiere?

-Normalmente sí. Cierto que en ocasiones tienen algo en mente pero no saben expresarlo adecuadamente por lo que tengo que pasar a elaborar varios bocetos hasta llegar a lo que la persona está buscando, y le estaba rondando la cabeza.

-Fruto de su experiencia profesional, ¿qué se tatúa la gente?

-Pues depende mucho de la zona. Si hablamos del caso concreto de Lalín podría decir que lo más típico son las frases cortas, alguna fecha, nombres y símbolos. Básicamente piden cositas pequeñas. Luego tenemos una minoría que se va a trabajos de mayores dimensiones y viene buscando otro tipo de tatuajes, especialmente acuarela, olf school...

-Seguridad e higiene lo más importante para los profesionales.

-Con todo lo que está cayendo a nivel sanitario con esta pandemia mucho más, y ya manteniendo en esta profesión un enorme rigor a la hora de establecer pautas de higiene con toda nuestra clientela. Seguimos un protocolo muy estricto para evitar problemas sanitarios. En mi caso: felpudo de desinfección, gel hidroalcohólico obligatorio para la entrada y salida del estudio, mascarilla, medidor de temperatura... Ponemos todos los medios para que tatuarse sea una práctica absolutamente segura.

"Conozco gente que lleva tatuando 10 años sin título y es igualmente importante"

Polinesia es la región del mundo que posee la tradición tatuadora más amplia. Sus diferentes tribus utilizaban los grabados como ornamentación corporal, sin que por ello estos pierdan su fuerte sentido comunal. Tatuajes que comenzaban a muy temprana edad, algo que no sucede todavía en la actualidad en nuestro país.

-En mi caso a quien más tatúo es a mujeres pero con edades comprendidas entre los 20 y los 50 años. Los más jóvenes van por otro lado, buscan más el piercing.

-¿También ahí hay un auge?

-Sinceramente nunca pensé que tuviera tanta gente para piercings, pero la realidad es que hay mucha demanda y mayoritariamente de gente joven.

-Tatuajes y piercings, ¿para dónde se mueve la balanza?

-Es un poco difícil de calcular... Creo que más tatuajes que piercings, aunque todos los días realizo varios de ambos.

-¿Un tatuaje es reversible?

-La tecnología láser está bastante avanzada y ciertos tatuajes pueden eliminarse en un par de sesiones sin problema. Hay otros para los que es mejor hacer un cover, es decir, un tatuaje que cubra el antiguo.

-¿Qué tiempo necesita?

-Depende del diseño, tamaño, de la zona en el que se hará e incluso de la constitución de la persona. Lo máximo que suelo estar con tatuajes grandes son 4 o 5 horas, más de ese tiempo me parece excesivo y nocivo para la piel.

-¿Hay intrusismo en el oficio?

-Lo importante es tener buena mano, buen pulso y buen trato con los clientes. Yo tengo mis títulos, pero conozco gente que lleva tatuando 10 años y no tiene ninguno, y es igualmente importante.

-Estará tatuada.

-(Risas). Claro. El 90 % de mi cuerpo está tatuado por mí misma al igual que mis 27 piercings.