Las celebraciones se centraron en el ámbito privado y familiar
24 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.La noche de San Xoán volvió por segundo año consecutivo a ser bien distinta. Después de la oscuridad absoluta del 2020, las hogueras volvía a encenderse ayer pero en el ámbito privado, sobre todo en el familiar, debido a las restricciones establecidas para reducir el riesgo de contagios de coronavirus. En Deza y Tabeirós-Terra de Montes se superaron los doscientos permisos para las cacharelas, que estaban prohibidas en espacios públicos. Destacó sin duda el alto número de peticiones en A Estrada, con 140, en la jornada previa al comienzo del San Paio 2021.
Tanto en Agolada como en Lalín se pidió autorización en los concellos para 24 hogueras la pasada noche, por las 22 de Silleda y ya en menor medida en el resto de municipios. Los fuegos se encendieron sobre todo en fincas particulares y entornos de viviendas, con mucho protagonismo en parroquias del rural respecto a los cascos urbanos. Además, se había fijado por la Xunta un máximo de quince personas en entornos abiertos y seis en cerrados para participar en las celebraciones. Una cuestión difícil de vigilar dada la proliferación de hogueras, apelándose con anterioridad a la responsabilidad individual para evitar aglomeraciones. En muchas de esos festejos no faltaron las sardinas asadas para cumplir con una tradición trastocada por la pandemia, compartiendo familias o grupos de amigos una cena especial para festejar la llegada del verano en la noche más larga del año.