El primer punto cosechado en la fase por la permanencia en División de Honor B supo a poco a aficionados, directiva, plantilla y entrenador del Balonmán Lalín. Pablo Cacheda ejemplificaba ayer el sentir rojinegro. Un empate con el líder Trops Málaga del que extraía como nota positiva la capacidad de sus jugadores de competir a un rival exigente, que se benefició de la permisividad arbitral, auspiciando su lentitud en el juego sin pitar pasivos y rompiendo la principal arma de los dezanos, el ritmo elevado del partido.
El entrenador lalinense destacó la segunda parte, donde supieron incrementar el nivel defensivo, lo que permitió al equipo tomar alguna ventaja en el marcador y llegar a los últimos segundos con jugada de ataque para ganar, con un lanzamiento desaprovechado y una jugada final de los malagueños saldada con penalti a favor, que paró Iago para mantenerse la igualada, 26-26. Cacheda cree que hicieron méritos para ganar, apuntando a que la necesidad y el ansia por puntuar compensó los problemas físicos, de Tate o Porto, o la ausencia por lesión de Pachi, en un partido donde debutó Celso, reciente incorporación al club.
En el duelo con los andaluces sorprendió el protagonismo de Aser en ataque. Cacheda argumentaba esa decisión táctica en que el rival permitía lanzamiento exterior y había ausencias en primera línea para esa faceta del juego, significando que pese a todo Aser es pieza indiscutible en el entramado defensivo. Esa doble función le terminó por pasar factura al jugador en algún momento del partido, dada la exigencia física que debía asumir.
Cacheda aludió a esa falta de ritmo en el juego local por permitir los colegiados al Trops Málaga rozar en cada acción el pasivo. Dijo que ese tipo de situaciones no le gustan y desesperaron al equipo. El Balonmán Lalín escaló una posición tras el punto cosechado, pero aún debe remontar si quiere meterse entre los equipos que salven la categoría. Arranca la próxima jornada la segunda vuelta con seis partidos donde la buena línea de las últimas dos semanas debe refrendarse porque no pueden fallar.