El zueco cohete que cautiva a la NASA

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

DEZA

Cedida

La pieza artesanal de Elena Ferro tendrá una réplica en la sede de Madrid de la agencia espacial y se enviarán fotos a la central de Estados Unidos

17 feb 2021 . Actualizado a las 11:05 h.

La llamada telefónica llegó el lunes, tres días después de publicarse la imagen en redes sociales. Del otro lado de teléfono una ingeniera aeronáutica que trabaja en la sede madrileña de la NASA. La destinataria, la zoqueira cruceña Elena Ferro. Con cierta incredulidad -más de una vez tuvieron que alertar de intentos de duplicar su página de Facebook o gestiones falsas en nombre de la firma- recibían una felicitación y un encargo. Constatada la veracidad de la propuesta, la artesana de Merza se mostraba ayer exultante tras convertir su zueco cohete en objeto de deseo de la agencia espacial de Estados Unidos.

Elena Ferro hace magia con las manos, con la madera y el cuero, pero su pericia fabril se acompaña de una mente inquieta y curiosa. Desde el 2013 comenzó a publicar en Facebook imágenes no solo de los tipos de zuecos que comercializa sino ejemplares reinterpretado, al hilo de la actualidad, de sus pensamientos, de sus vivencias, de esa imaginación que desborda. En ese camino surgía la pasada semana su zoco cohete, quizás inspirada por la misión Mars 2020 Perseverance de la NASA, que se podrá seguir el día 18 de febrero, con la primera retransmisión en español de la agencia para un aterrizaje planetario.

La imagen del zueco cohete de brillantes colores lo publicaba este pasado viernes en su página de Facebook. Y surcó el espacio de Internet hasta aterrizar en algún soporte tecnológico de una empleada de la embajada de Estados Unidos en Madrid. Ella ejerció de nexo unión con Lola Cadierno, una amiga suya que trabaja en la sede española de la NASA. Le comentó la existencia de la publicación. Y logró cautivarla además de despertar el interés por conseguir esa pieza.

Lola Cadierno fue quien llamó a Elena Ferro para felicitarla por la idea y pedirle no solo si podrían comprar la pieza o una réplica del zueco cohete con la intención de exponerlo en Madrid sino también fotografías para remitirlas a la sede central en Estados Unidos. La artesana cruceña está encantada con la repercusión de su obra, afirmando que «será un pracer mandarlles unha peza para que a teñan alí e o montaxe fotográfico».

Elena Ferro reconoce que en un primer momento pensaron que podía tratarse de una broma, pero tardaron poco en comprobar lo contrario. Supuso una agradable sorpresa por lo inusual de la petición, aunque ya en múltiples ocasiones reciben reciprocidad de quienes siguen sus redes sociales y comentan sus originales diseños con los zuecos como base. «A xente fala dos zocos, os comentan pero nunca tiven una solicitude tan peculiar como esta», destacaba. Recuerda por ejemplo el éxito de la recreación de un parchís, del que vendió una quincena de unidades, o de una recreación de una lámpara, que tuvieron que replicar a petición de algunos clientes.

El encargado de la NASA supondrá un incentivo, todo un acicate para exprimir su ingenio y crear nuevos diseños. Casi comenzó como un juego pero ya se ha convertido en una seña de identidad para Elena Ferro. Seguro que también supone una vía de escape ante la producción digamos más comercial, a los zuecos que comercializa la firma.

Reconoce la artesana de Merza que el último año resultó complicado por la reducción o desaparición de ferias en muchos momentos por la pandemia. La venta online creció en este tiempo, alivio para mantener viva la marca. «Toca adaptarse en espera de mellores tempos», asevera. Seguro que tras la pandemia despegará con más fuerza si cabe. No en vano viajará en cohete. 

Obras repletas de ingenio que darían para un museo

En el devenir de los años atesora ya Elena Ferro una importante colección de sus originales zuecos tuneados de mil formas. Un camino con más de siete años recorridos donde la imaginación saca de contexto esa pieza de calzado, con su personal lenguaje, convirtiendo la realidad en otra. Y aunque no lleva la cuenta podrían sin dudar llenar un pequeño museo. Hay semanas que puede crear hasta tres obras, pero al menos suele surgir una.

Los meses de confinamiento espolearon su labor creativa. Conserva todos los originales aunque también sube a Facebook piezas elaboradas por Photoshop o imágenes tomadas, por ejemplo, en una señal de tráfico sobre la que coloca por unos instantes zuecos para tomar la foto. El atractivo de su propuesta, que en ocasiones aborda temas de candente actualidad, ya generó una petición para una exposición en mayo en A Coruña.