«Esperemos que isto acabe logo: estou aburrido de cear latas e bocadillos»

La Voz A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

cedida

11 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El toque de queda, los recortes de horarios y el cierre de la hostelería están pasando factura a los transportistas, que tienen problemas para encontrar un plato de comida caliente cuando lo necesitan. Lo cuenta el estradense José Puente Temes, un transportista autónomo integrado en la cooperativa Transportes do Lérez que hace cientos de kilómetros diarios por las carreteras de España, de Italia o de Francia.

«A nivel de traballo nós non temos queixa. A cousa estase movendo e no noso sector hai traballo e hai ingresos», dice. El inconveniente es la calidad de vida. En su sector, quién más y quién menos le echa horas al volante para rentabilizar cada viaje. Sin embargo, ahora muchos pasan en el camión más tiempo del que quisieran, tienen pocas opciones para el almuerzo y prácticamente ninguna para la cena. Solo llevársela puesta.

«Para a comida do mediodía non hai problema. Nas áreas de servizo das autopistas atopas restaurantes abertos e nos polígonos hai comida para levar. Ou comes na área de servizo ou pides algo para levar e cómelo no camión ou fóra, se fai bo tempo. O problema é que agora ou chove ou vai frío e non paras moito fóra», explica José Puente

Como muchos transportistas de largas distancias, el estradense tiene litera en el camión y duerme en ella habitualmente. «Se comes e dormes no camión botas aquí case o día enteiro», indica este transportista en ruta por la provincia de Palencia. «Acabas ata as narices, pero é o que toca», asume con resignación.

Lo que peor lleva José Puente es la hora de la cena. Antes, conducía hasta la hora que quería y paraba a cenar en cualquier sitio y casi a cualquier hora un plato caliente. La cena era un momento de relax, de desconexión del camión, de ver un rato la tele o de entablar conversación allá por donde fuese. «Agora se aproveitas para conducir máis despois xa está todo pechado e cear xa tes que cear á forza no camión porque nin che serven nin hai nada para levar. Fago un bocadillo e andando. Ou tomo unhas latas. Mira que me gustaban as latas, pero xa aburren. Polo ben de todos, espero que isto acabe logo», desea el estradense.