Rapa das Bestas desparasitó este verano en los montes a 225 equinos

Javier Benito
javier benito A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

Cedida

Improvisó cierres para sanear a las reses tras la suspensión de los curros

07 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Con las primeras luces del día y durante doce horas se repetía ayer por cuarta jornada la subida al monte para desparasitar a los caballos mostrencos. La asociación Rapa das Bestas de Sabucedo optó por esa medida tras la decisión vecinal de suspender los curros debido a la crisis sanitaria del coronavirus. Este sábado se cerró un ciclo iniciado el día 9 de agosto, que ha permitido atender a unos 225 animales en unas condiciones muy complicadas por las altas temperaturas, las medidas de seguridad y las dificultades para «fabricar» cierres provisionales donde aloitar a las bestas, sin duda con mayor riesgo que en el curro de la aldea estradense.

La pasada jornada en torno a sesenta personas acudieron al monte de A Conla, en Quireza (Forcarei). Lograron reunir a medio centenar de equinos, escapándoseles más de una veintena. Además de habilitarse un cierre, se retiraban los caballos de más de un año para evitar problemas en la manada y como medida preventiva. Después se colocaron microchips a las potras y se procedía a desparasitar por vía bucal a todos los ejemplares. Una desparasitación interna que, desde Rapa das Bestas, ensalzan por su efectividad como refrendan la longevidad de los animales, con muchos superando las dos décadas de vida.

La primera salida al monte para desparasitar se efectuó el día 9 de agosto, a la zona de Montouto, atendiéndose a ochenta equinos con un centenar de participantes. Esa misma cifra aproximadamente acudió el 16 a As Lamas, donde fueron setenta los ejemplares atendidos, mientras el 23 solo se llegó unos veinticinco en O Cávado, el monte más alejado y el más alto de A Estrada superando los ochocientos metros, con presencia de unas ochenta personas. En las cuatro jornadas hubo además de miembros de la asociación y vecinos de Sabucedo otros colaboradores de lugares de A Estrada o Forcarei, en muchos casos vinculados todo el año a la Rapa y algunos también aloitadores. Todos los días no faltó una comida campestre de confraternidad, con raciones individualizadas y con desinfección, entre otras medidas ante la amenaza del coronavirus.

Las alrededor de 225 bestas desparasitadas, algunas con las crines muy largas también rapadas, suponen una cifra similar a la del curro de Sabucedo. Superan con creces la mitad de los entre 350 y 400 ejemplares que se calcula se encuentran diseminados por los montes

Las rapas tan diferentes en los montes se paralizan al menos de forma momentánea tras la de ayer. Tras cuatro jornadas intensas se constata cierto cansancio entre los participantes, además de haberse cumplido ya un primer objetivo por el volumen de bestas atendidas. En un mes o mes y medio podría retomarse la desparasitación si las condiciones meteorológicas lo permiten, al restar alguna manada por controlar en lugares como Souto o Montillón y A Pranzadoira, en este último caso con una única visita de sus animales al curro en los últimos veinticinco años.

Lo «gordo» de esta atípica desparasitación y rapa ya está concluido en espera de esos flecos para los que se deben fijar fechas. Queda la satisfacción del deber cumplido en un año tan atípico, donde además los riesgos crecieron en esos cierres entre piedras y desniveles, entre vallas de alambres de espino y árboles, tan diferentes al curro de arena llano, tan añorado en Sabucedo.