Los tramos del Camino de Santiago en Deza presentan un estado decente

juan pedrouzo LALÍN / LA VOZ

DEZA

E CUIÑA

Aunque hace falta cierto mantenimiento, pueden recorrerse sin problemas

02 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Como cada año, miles de personas aprovechan el verano para realizar el Camino de Santiago, ya sea por motivos religiosos, culturales o simplemente como un desafío que superar. En la zona de Deza-Tabeirós, discurren dos rutas que aquellos que han decidido realizar el camino pueden seguir. La Vía de la Plata, que entra por Castro-Dozón para continuar por Lalín, Silleda y A Estrada; y el Camino de Invierno, que pasa por Chantada y Rodeiro para luego juntarse con la Vía de la Plata en Lalín. La situación de confinamiento levantó dudas sobre el estado en el que se encontrarían estas sendas, pues había preocupación sobre la creciente maleza y la falta de cuidados durante esos meses. Sin embargo, parece que no hay porqué alarmarse, o por lo menos no en los tramos de Dozón y Lalín.

Si bien es cierto que en algunas zonas de la Vía de la Plata hace falta desbrozar las plantas que comienzan a invadir el terreno de paso, y que es necesario aplicar medidas de mantenimiento para solucionar dicho problema, de momento no se ha llegado a una situación que dificulte demasiado el trayecto. Con todo, otro aspecto criticable sería la presencia de algunos caminos demasiado pedregosos, que podrían llegar a ser un problema para los peregrinos. Y, aunque en su mayoría los tramos de carretera están en buenas condiciones, es verdad que alguna que otra senda está sin terminar de asfaltar del todo, lo que sí resulta algo peligroso. Con todo, parece que la sensación general es que los tramos del camino en la zona son bastante fáciles de seguir, destacando su señalización.

Sea como sea, parece que el número de peregrinos sí que se ha visto afectado por las circunstancias traídas por el contexto de la crisis sanitaria del covid-19, sobre todo en comparación con años anteriores. Los pocos peregrinos que en la actualidad pasan por estas rutas, comentan que los albergues se encuentran prácticamente vacíos y que en su mayoría las otras personas con las que se han cruzado proceden de diversas comunidades autónomas de España y no de otros países.

Ante la pandemia, algunos albergues han decidido cerrar sus instalaciones, como es el caso del de Dozón. Otros como el de A Laxe han optado por un sistema de reserva, decisión que parece traer polémica entre los peregrinos que viajan solos y los que lo hacen en grupos grandes, pues estos últimos pueden reservar con hasta dos días de antelación. Respecto a las medidas de seguridad ofrecidas, los caminantes dicen que las encuentran adecuadas, destacando la concienciación en el uso de mascarillas y las sábanas de usar y tirar.

«Lo que más sorprende es como un recorrido tan largo es tan fácil de seguir»

La Vía de la Plata es una de las dos rutas que pasan por la zona de Deza-Tabeirós, junto al Camino de Invierno. Como tal, cada año sus senderos son recorridos por numerosos peregrinos, aunque en esta ocasión parece que no tantos como de costumbre. Rubén Sancho y Carlos Oropesa, provenientes de Gran Canaria, empezaron su andadura acompañados de un tercer amigo, Borja Mendoza, quien los había convencido de apuntarse a esta experiencia y así salir los tres desde Xinzo de Limia. Este último ya había realizado el camino en tres ocasiones anteriores, pero una lesión en la rodilla le obligó a detenerse en Castro Dozón. Sus dos amigos prometieron terminarlo por él, aunque mantenían la esperanza de reencontrarlo en Santiago.

Así, estos dos peregrinos comentan que la experiencia resultó ser bastante solitaria. Fueron los únicos huéspedes en el albergue de Xinzo; también en el de Xunqueira y en el de Ourense. En el de Cea solo encontraron a otra pareja de Sevilla. Respecto al camino, parece que para ellos fue una maravilla. «Lo que más nos sorprende es que un camino de 1.000 kilómetros sea tan fácil de seguir. Todo está perfectamente señalizado y no hay pérdida ninguna. Y aunque la parte de carretera se hace algo cuesta arriba, la de campo se disfruta muchísimo», explican.