«Vimos gatos con estrés y tras esto nos van a llegar perros con ansiedad»

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

DEZA

miguel souto

Ana Isabel Rodríguez dice que las semanas de confinamiento primero y la desescalada después afectan también a las mascotas

07 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los veterinarios como Ana Isabel Rodríguez Díaz, de la Clínica Animalia en Lalín, están al pie del cañón en la pandemia.

-¿Qué se atendía durante el confinamiento?

-Durante el confinamiento solo atendimos urgencias y estaba solo un veterinario en la clínica. Somos tres profesionales y nos turnábamos para que solo estuviese una persona. Lo que atendíamos eran vacunas de cachorro, porque consideramos que son muy importantes para evitar enfermedades. Atendíamos urgencias y dispensación de tratamientos crónicos que el animal no puede dejar de tomar.

-¿Hacían visitas a domicilio?

-Visitas a domicilio solo hacíamos si eran cosas urgentes o vacunas de cachorros, claro porque en realidad la primera vacunación es importantísima. Los casos de urgencias eran cosas normales que ya veníamos atendiendo. Lo que hacíamos era primero un cribado telefónico y lo que se podía se atendía ya por teléfono. Al estar la gente más en casa picoteaba más y a veces le daban algo a los animales que les sentaba mal y nos llamaban por unos vómitos. Nos consultaban y les dábamos las pautas para actuar.

-¿Esta crisis sanitaria pasó también factura a los animales?

-Durante esas semanas hubo una época en la que, al principio sobre todo, al sacar a pasear a los perros vimos alguna cojera, pero tampoco nada fuera de lo habitual. Algunos compañeros atendieron casos de irritación de patas por no usar los geles de forma correcta.

-¿Hubo mucha preocupación por los efectos del virus en las mascotas?

-Desde el primer momento se preocuparon muchísimo. La mayor preocupación era si una persona tenía el virus qué posibilidades tenía de contagiar a la mascota y también si una mascota les podía contagiar.

-¿Cuál es la respuesta?

-Es un virus relativamente nuevo que salió de un animal. El material genético de ese virus mutó para poder transmitirse a las personas. Al principio las investigaciones apuntaban que los animales no transmitían y ahora siguen por esa tendencia. Yo no sé lo que va a pasar dentro de tres meses, pero las investigaciones y las tendencias van por ahí y la opinión de los expertos es que las personas sí pueden contagiar a sus mascotas pero no al revés. Las mascotas pueden adquirir el virus. Este se replica en su garganta o en sus órganos linfoides y tú lo puedes encontrar ahí pero un animal nunca va a desarrollar la enfermedad. De todas las personas que hubo enfermas se encontraron muy poquitos casos en animales y a saber cómo fue el contagio. Se están investigando aún nuevas líneas y veremos qué pasa.

-¿Cómo influyó esta situación en las mascotas?

-Los gatos son los que más se estresan en cuanto a cambios. Que el pintor entre en casa y vaya a pintar una habitación para el gato ya es un estrés enorme porque es un cambio en su hábitat. Entonces, que esté la gente

más tiempo en casa, ...que haya niños más tiempo en casa achuchando al gato. Y como me aburro: «gatito ven aquí que te voy a dar una caricia». Los gatos no son como los perros. Son muchísimo más independientes y cuando no quieren no quieren. Su manifestación es el estrés. Y eso deriva en problemas de evacuación inadecuada. Es decir, orinan y hacen caca donde no deben. Todo eso tiene su origen en el estrés. Ya nos encontramos con varios casos.

-¿Y los perros cómo lo llevaron?

-El perro es un animal más apegado al dueño, más sociable y pasaron de estar mucho tiempo en casa, donde también si hay muchos niños se estresan, a que los sacaran mucho a la calle. Alguno salía ocho veces al día y volver a la rutina diaria, a esos paseos de tres veces al día y rapidito, hay animales a los que les va a costar y nos van a llegar perros con problemas de ansiedad por separación. Cuando todo el mundo esté ya trabajando van a notar muchísimo el cambio.

-¿Los protocolos cambiaron mucho la forma de trabajar?

-Al ser profesionales sanitarios ya estamos acostumbrados a ir con mascarilla y tener unas medidas de protección. Normalmente tenemos cerrada la puerta de fuera, solo permitimos acceso a una persona con su mascota. En la sala de espera solo admitimos a una persona. Las visitas a nuestro hospital están restringidas a animales hospitalizados y lo que hacemos es vídeo llamadas para que pueden ver a su mascota y cómo está. Ya antes se intentaba potenciar la cita previa, pero ahora más. Tenemos unas medidas de protección e higiene que ya usábamos porque este es un centro en el que trabajamos con animales enfermos y hay que mantener unos protocolos, pero ahora están mucho más reforzados.

-¿Qué medidas de protección implementaron?

-Tenemos un sistema de ozonización en la entrada y dispensadores automáticos de gel hidroalcohólico. Nosotros llevamos mascarilla y cuanto no era obligatorio llevábamos ya una bata desechable, guantes, una pantalla y una mascarilla por debajo porque nosotros aquí en una atención a 60 centímetros no podemos guardar las distancias. Y todos los que entran tienen que hacerlo con mascarilla.

-¿Hubo suficiente información?

-Somos profesionales sanitarios y confiamos en todos los protocolos que se fueron instruyendo. Hay que tenerle miedo al covid-19 como a otras cosas y otras enfermedades. Hay tuberculosis, tenemos mucha zoonosis. Los veterinarios somos parte del sistema de salud. Los médicos curan a las personas y nosotros a los animales y está desde la persona que atiende a los animales de una granja a nosotros que realizamos una atención clínica. Todos los veterinarios estamos también en primera línea.

-Hablamos mucho de los epidemiólogos, de los médicos, de os sanitarios. ¿Los veterinarios se sintieron olvidados?

-Un poco sí. De hecho, si nosotros hubiéramos estado en Wuhan esto no hubiera pasado. De eso estoy segurísima. Salió de los mercados ilegales, de los mercados húmedos que le llaman que tienen unas condiciones higiénicas defectuosísimas. Si hubiéramos estado en esa primera línea de batalla no hubiera pasado. No sé como será de ahora en adelante. Ni nuestro centro ni ningún otro estuvo cerrado durante el confinamiento. Estuvimos todos al pie del cañón.