«Nos queda por delante un camino largo y doloroso para salir de esta»

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

r. g.

El efecto dominó pone en jaque a las distribuidoras de bares y restaurantes

07 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El cierre obligado de la hostelería ha provocado un efecto dominó que ha dejado en la cuerda floja a las distribuidoras centradas en el suministro de productos a bares, restaurantes y cafeterías.

Lo cuenta David Jove, de la enoteca estradense Lugar del Vino. Abrió sus puertas hace apenas dos años y en los últimos meses había centrado su negocio en el suministro a bares y restaurantes. «En la primera mitad de marzo las ventas iban bien por el repunte en la hostelería, pero todo se partió por la mitad y cayeron en picado», explica. «Desde mediados de marzo atendimos solo algún encargo puntual para particulares, porque hacemos envíos, y en abril las ventas cayeron un 90 %. Fue desastroso», cuenta David Jove.

Cavando más hondo

Jove no tiene demasiadas esperanzas de que la situación mejore a corto plazo. «Nos queda por delante un camino largo y doloroso para salir de esta. Un parón de dos meses para una empresa joven como la mía es una catástrofe. No tienes músculo financiero. Eso te lo da el tiempo, cuando ya tienes amortizadas las inversiones. Para los que vamos al día, esto es una salvajada. Todo cae en negativo directo. Recuperarlo supone hacer un último esfuerzo. Cavar un poco más hondo. Endeudarse un poco más para para tener solvencia y poder reactivar el negocio», explica.

El empresario echa de menos más ayudas directas a empresas, sobre todo a las vinculadas a la hostelería y el turismo, las más tocadas por la crisis. «Es una situación excepcional. Es lo más fuerte que hemos visto, al menos los que nacimos en los ochenta, y espero que sea lo más fuerte que veamos. Tengo amigos en Inglaterra y allí el gobierno ha habilitado ingresos directos de 10.000 libras para los pequeños negocios. Aquí se echan en falta medidas propias de la Xunta y también a nivel local, que se están hablando cosas pero aún no hay nada en firme. Es el momento de trabajar duro y de gastar dinero para recuperar la poca economía que tenía el pueblo. Habría muchos flancos en los que trabajar. Empezando por el precio de los alquileres, que aquí es una barbaridad. No es algo equilibrado. Muchas veces son precios de capital de provincia», lamenta.

David Jove cree que el negocio de la hostelería y consecuentemente el de la distribución no repuntarán hasta que los locales no puedan funcionar al menos al 50 % de ocupación tanto en las terrazas como en el interior. «¿Cuántos locales hay que tengan una terraza suficiente como para mantener el bar abierto sin pérdidas?», dice. «Esto va ser muy lento y van a quedar muchos por el camino», augura.

Apuesta por el comercio on line

El estradense tiene previsto apostar por la venta on line. «Estamos reforzando el packaging, que en nuetro caso es delicado por tratarse de un producto muy frágil. En cuanto esté solventado nos sumaremos a la plataforma local que se está gestando y estudiaremos tener un microsite para vender para todo el estado. Ha habido un cambio claro en el comportamiento del consumidor. Van a crecer los sistemas de compra que no conlleven contacto presencial. Tenemos que adaptarnos a la nueva realidad», comenta Jove.

Esther Blanco Ferro, de Distribuciones Deza, también ve complicado el futuro. La firma distribuye vinos y licores en la comarca dezana desde 1997. Uno de sus dos trabajadores esté en un ERTE.

«Isto foi un pau forte», cuenta Esther. «Só tivemos encargos para tres ou catro carnicerías ou súpers pequenos, sobre todo de viños baratos, en brick ou de un euro ou euro e pico a botella», explica. «O panorama que vén pinta fatal. Moitos locales non teñen terrazas e poucos contan con espacios suficientes para separar mesas e adaptarse ás novas circunstancias. Está todo no aire. A ver se en xullo ou agosto mellora algo», desea.