Tecnología para compartir emociones y combatir el encierro en Aspadeza

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

DEZA

Teléfono y ordenador sirven para acercar, dar ánimos y mantener unida a una gran familia que se añora mucho

25 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras más de cuarenta días de encierro, el tiempo pesa y los usuarios de Aspadeza ya no ven llegar el día en el que puedan reunirse de nuevo. Echan de menos las actividades y, sobre todo, abrazarse. La tecnología está supliendo esa distancia y acercando, pero no siempre es fácil. Ángeles Baldonedo cuenta que «o acceso as novas tecnoloxías é moi difícil» por la falta de disponibilidad de medios en unos casos, el manejo de ellos o la falta de cobertura. Unas carencias que se van supliendo con esfuerzo y grandes dosis de voluntad, incluso de algún vecino que ayuda con alguna descarga de algún programa o aplicación para facilitarles ese contacto. «O primeiro día parecía que isto ía a durar 15 días pero a cousa foise alargando», afirma.

Durante el confinamiento, «toca reinventarse. Nunca tantas horas falei por teléfono», comenta. Es el medio que se usa sobre todo para mantener el contacto y dar ánimos a usuarios y fa,milias. Mensajes de corazón y emociones que circulan a diario por WhatsApp, por videollamada y por toda forma de comunicación que se tercie. Se trata no solo de trasladarles actividades sino de mantener unido el cordón de una gran familia que se extraña a diario.

El colectivo tiene establecidas diferentes citas a lo largo de la semana con distintos programas pero hay una muy especial. Se trata de la videoconferencia de los miércoles en las que se conectan, se ven las caras y pueden hablar entre ellos.

Les encanta, les parece muy simpático verse así, y es tanta la emoción que, comenta Ángeles, «hai familias que nos din que xa non durmen esa noite e levántanse cedísimo agardando a xunttanza». A veces a uno se le va la imagen, de pronto a otro la foto se queda congelada, o se corta, pero no importa. Todo forma parte de un encuentro salpicado de risas. El último incluyó hasta una sesión de karaoke. A medida que se van supliendo las deficiencias tecnológicas se va sumando algún usuario más cada semana y se va ampliando el número de participantes.

Desde Aspadeza hablan con todos los usuarios, al menos una vez a la semana, y con alguno todos los días, atentos a levantarle el ánimo a quien más lo necesite. Ellos son población de riesgo y su vuelta a Mouriscade aún no tiene fecha en el horizonte aunque no dejen de preguntar «cando volvemos?».

Saben que cuando esto ocurra habrá que seguir unas normas de seguridad y de distanciamiento que se hacen difíciles. Ángeles cuenta que «as últimas dúas semanas antes do confinamento xa estableceramos distancia, non tocarse, non bicarse, pero o último día houbo un cumpreanos e xa ían todos a unha a abrazarse e quedáronse mal o decirlle que non podían». Para algunas familias la situación también es complicada. El Facebook de la agrupación se llenó ya de fotos en las que los usuarios comparten sus actividades, las sesiones de limpieza, de cocina, de deporte,...

Aspadeza les manda tutoriales de los monitores para hacer zumba, recetas de cocina, libros para los aficionados a la lectura, fichas de estimulación cognitiva, algún juego sencillo,... o incluso les llevan material a casa. La primera semana de encierro cada trabajador del centro les envió un vídeo que esperaron con ilusión. Ahora, las redes se llenan de ellos en la dos direcciones. Vídeos para compartir y para despertar sonrisas esperando el día de volver a estar todos juntos. ¡Ánimo, que ya queda menos!.