El Juzgado declara concurso de acreedores en el Sagrado Corazón

amelia ferreiroa LALÍN / LA VOZ

DEZA

miguel souto

Dos millones de deuda y la falta de confianza hace tambalear su continuidad

25 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace ya semanas que la dirección del colegio Sagrado Corazón de Lalín había solicitado entrar en concurso de acreedores. El Juzgado de lo Mercantil número 2 de Pontevedra acaba de acordar esa declaración, según informó ayer el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). Una decisión adoptada tras haber acreditado su insolvencia el centro educativo lalinense. Las facultades de administración y disposición del Sagrado Corazón sobre su patrimonio quedan por tanto intervenidas por la administración concursal (Lener Administradores Concursales). El deudor, según consta en el auto dictado por este tribunal, no ha solicitado la liquidación de su patrimonio ni presentado propuesta anticipada de convenio.

El colegio de Lalín alegó, según recoge el auto del Juzgado de lo Mercantil número 2, que se encuentra en estado de insolvencia en la actualidad y que no ha podido lograr adhesiones a una propuesta anticipada de convenio ni un acuerdo de refinanciación. Estos hechos los acreditó ante el tribunal a través de diversos documentos, entre ellos una memoria de su historia jurídica y económica, así como un inventario de bienes y derechos y la relación nominal de sus acreedores. La solicitante también señaló en la documentación que su activo y pasivo estimado de forma inicial supera los cinco millones de euros.

Una situación que llevó al administrador único del centro Joaquín Pereira Somoza a explicar que se pone a disposición del futuro administrador judicial, que nombre el juzgado, y que se conocerá en un plazo aproximado de cinco días. Insistió sobre la viabilidad del centro lalinense, pero no escondió el hecho de que la «situación es crítica y no solamente por una cuestión económica, que también». A una deuda de 2 millones de euros, cantidad reconocida ayer por el administrador del colegio, «que es exactamente la misma que cuando compramos el centro», hay que añadir la negativa de padres de alumnos a satisfacer sus recibos; «y no se puede consentir que unos paguen la comida o las actividades de los otros».

A pesar del futuro incierto que se mantiene para este colegio lalinense, las clases están garantizadas hasta final de curso «pero a partir de ahí pueden abrirse varias opciones y una de ellas puede ser la pérdida de unidades de concierto que haría peligrar mucho la continuidad del centro», aseguró Pereira. Al objeto de poder mantener la actividad lectiva en el Sagrado Corazón el administrador único apeló a la unidad de trabajadores y padres, «para que se genere confianza y unión en toda la comunidad».

Pereira acusa a la directiva del Anpa de boicotear las dos intenciones de compra del centro

Antes de entrar en este proceso de concurso de acreedores, en el que está ahora judicialmente inmerso, el colegio Sagrado Corazón tuvo encima de la mesa dos opciones de compra; una por parte del empresario coruñés Venancio Salcines y otra cursada por Scientia School. Sin embargo, en ambas ocasiones, y después de visitas y reuniones en las dependencias no prosperaron las negociaciones para conseguir vender las instalaciones antes de que interviniese el Juzgado de lo Mercantil. Para Joaquín Pereira ha sido la directiva del Anpa «la que boicoteó las dos intenciones de compra al lanzar su carta invitando a los padres a que no pagaran sus recibos y Scientia School se volvió atrás. Lo que desconozco son los motivos que tiene en todo esto».

Inversores locales interesados e intereses especulativos

El centro lalinense cuenta en la actualidad con 300 alumnos y 30 más en el servicio de guardería, que llegó a contabilizar hasta 70 pequeños, y una plantilla de unos 70 profesionales de los que una docena tiene pendiente percibir las nóminas desde el pasado mes de agosto hasta la fecha; «a otros se les debe la extra de Navidad y los meses de noviembre, diciembre y enero que no cubrirá el Fogasa, pero un tercio de padres no pagaron y eso no ayuda para nada». A pesar de todas las dificultades económica, la falta de solvencia que presenta el colegio y las críticas recibidas por su gestión, Pereira significó estar tranquilo ante la próxima designación de un administrador concursal «que repasará la documentación económica y de actividad de estos últimos años, juzgará mi gestión y si hice algo mal se verá».

El administrador único del Sagrado Corazón aguarda que una inyección de capital pueda salvar el centro educativo y reconoce haber mantenido conversaciones con «inversores locales interesados en este centro», al igual que insistió sobre los intereses especulativos existentes; «que los hay, y muchos, al igual que la presión brutal existente para la venta del solar en el que están asentadas las edificaciones educativas».