Se ha lanzado al mercado con la marca Crea con ADVA, un homenaje a sus hijas Adriana y Valeria
13 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Desde que era pequeña, a Paula siempre se le dieron bien las manualidades. Esta estradense de Remesar -ahora afincada en Berres- tiene mano para la artesanía y gusto para el diseño. Su aventura emprendedora empezó poco después del nacimiento de su hija Adriana. Ya entonces se llevaba decorar rincones domésticos con los nombres de sus moradores. Paula no fue a lo fácil. Compró siete letras blancas desnudas y las decoró ella misma con un papel de regalo que le gustó y con todo el mimo del mundo.
Fue ahí cuando comenzó su afición a la decoración de letras. A base de pruebas y de incursiones en Internet descubrió que el papel de scrap es lo más efectivo para forrar las letras. Hay miles de modelos y las combinaciones son infinitas. De ese modo Paula empezó a diseñar letras personalizadas, añadiéndoles detalles pintados a mano, lazos y todo tipo de complementos. Al principio era solo una afición que desplegaba para entregar un detalle personalizado cuando la invitaban a algún evento. Pero a golpe de regalos sus letras empezaron a hacerse populares y su familia y amigos la convencieron para convertir el entretenimiento en un negocio. «Eu dicíalles que non teño tempo, que os materiais non son baratos e ademais son torpe coas redes sociais, pero ofrecéronse a botarme unha man», recuerda.
Inicios en la Red
«
Un día unha prima do meu home, Lucía López, plantouse na miña casa para abrir unha páxina de Facebook para promocionar os meus traballos
», cuenta Paula. Hará de eso un año. Su hija mayor quería que la empresa llevase su nombre, pero como son dos hermanas, Adriana y Valeria, la marca resultante fue Crea con ADVA, que ahora se puede encontrar en Facebook e Instagram y que vende también en las tiendas estradenses Edén y Mi bebé. «
Das redes sociales encárgase a miña irmá Noelia, porque a min non se me dá ben
», confiesa Paula.
Ella bastante tiene con dedicarse a lo suyo sacándole horas de ocio a su vida. «Cando máis avanzo é polas mañás, cando as rapazas están no colexio. Polas tardes traballo nun supermercado, así que xa nada, e polas noites ás veces danme as dúas ou tres da mañá facendo letras», cuenta.
A Paula le gusta hacer el trabajo a la medida de cada cliente, con sus colores preferidos, con detalles en referencia al destinatario o con frases inspiradoras. Una vez hizo un diseño con una trenza de una niña que se cortó el pelo y muchas veces ha puesto alma a las letras con coronas, lazos, lunas, estrellas o molinillos de viento. Las letras no siempre son para niños -de hecho tiene muchos encargos para regalar a adultos- ni configuran el nombre del destinatario. Entre los jóvenes se lleva mucho regalar iniciales personalizadas y un buen «Quérote» triunfa siempre. Paula también ha compuesto coquetas cajas para portar alianzas y varios diseños innovadores más.
«Quen me dera poder vivir solo disto, pero de momento non da nin para empezar», comenta la artesana.