El gobierno aplicó el reglamento en el pleno de Lalín y se fue la oposición

Rocío Perez Ramos
rOcío Ramos LALÍN / LA VOZ

DEZA

E CUIÑA

Rechazaron de forma tajante el cambio «por sorpresa» de las reglas del juego

30 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Al inicio del pleno ordinario de ayer, el alcalde del PP, José Crespo, anunciaba que el secretario quería informar de un nuevo asunto y se apuntaba que se estaba trabajando en un «regulamento adaptado os tempos de hoxe», indicando que se cumpliría mientras el reglamento en vigor aprobado el 5 de marzo del 2012. Apuntó que «veredes como hai cousas que queredes cambiar». Crespo recordó que ese reglamento del 2012 establecía un turno de ocho minutos de intervención y los tiempos asignados a cada grupo en las réplicas. En canto a las comparecencias (ayer había una de la concejala de Benestar Social), indicó que el reglamento establecía que el interpelante disponía de un tope de 10 minutos para exponer motivos y preguntas y el interpelado tendría 15 minutos para contestar.

El portavoz del BNG, Francisco Vilariño, preguntó si el resto de los grupos iban a poder preguntar a lo que el alcalde respondía que según el reglamento no podrían hacerlo, pero sí podían formular las cuestiones que quisieran a ese respecto en el apartado de ruegos y preguntas. Crespo indicó que esperaba poder llevar el nuevo reglamento al siguiente pleno y que se aprobara cuando fuese posible por unanimidad, entendiendo que igual podía llegar más tiempo llegar a un acuerdo entre los grupos al respecto del contenido del reglamento. Alegó que «os plenos maratonianos non son executivos e así autolimitámonos todos».

Una decisión que levantó ampollas entre los ediles de la oposición y que fue criticada duramente, sobre todo por Rafael Cuíña, desde CxL, y Francisco Vilariño, que alegaron que nunca antes , ni en los gobiernos anteriores de Crespo ni en los del cuatripartito se aplicara el reglamento en las comparecencias. Una vez se llegó al punto de la comparecencia, Vilariño acusó al gobierno de cambiar las reglas del juego «en plan trileiro», una afirmación que secundó Cuíña, preguntando a Crespo si era «un dictador ou un alcalde?».

El regidor se mantuvo en sus trece y explicó a Vilariño que tendría 10 minutos para exponer sus preguntas o las cuestiones que quisiera, que luego Paz Pérez tendría 15 minutos para responder y después «si lle queda alguna pregunta sen respostar llas pode facer á concelleira e ela vaille respostando».

Dinámica

El portavoz del BNG expuso las preguntas, según el regidor durante 13 minutos, y cuando le tocó el turno a Paz Pérez, Vilariño anunció que la iba a interrumpir reiteradamente. Defendió al inicio de este punto que la dinámica era otra y consistía en ir haciendo una pregunta, que la edila respondiera y hacer otra para hilarlas porque unas llevan a otras. Pidió las mismas condiciones de las comparecencias realizadas hasta ahora en cualquiera de los mandatos de uno y otro signo. Ante la negativa de Crespo de no aplicar el reglamento, el BNG optó por abandonar el pleno. Lo mismo hizo CxL. Poco después Vilariño y Cuíña entraban un momento para decir que retiraban sus respectivas mociones del pleno y acusar al gobierno de «panda de fascistas políticos».

Tras el abandono de la sala por parte de CxL y BNG, el portavoz del PSOE, Román Santalla, señaló que «nós somos novos e non quixemos intervir, pero sentimos vergoña allea». Le sorprendió que el gobierno llegara «cunhas normas do 2012» y dijo a Crespo que «ten un problema de bipolaridade». Señaló que «somos xente normal, que vimos a traballar e nos di que non podemos preguntar». Los socialistas se quejaron de que la decisión del gobierno echaba por tierra todo el trabajo que realizaron a lo largo de la semana para la sesión plenaria. Santalla reprochó a Crespo que «vostede dixo que ía a cambiar e está cambiando a peor». Dijo que «temos que ser un exemplo para a cidadanía e vostede debería disculparse». Y abandonaron el pleno en solidaridad con CxL y BNG.

De dictadores, inquisidores, mordazas y apisonadoras

Tras el pleno los portavoces de la oposición criticaron la aplicación del reglamento. Cuíña tildó lo ocurrido como «un dos espectáculos máis tristes da historia de democracia», apuntando que «volveu o Crespo dictatorial de sempre» y que «é inasumible o cambio de roles que pretenderon facer». Recordó que «nos tivemos que comparecer en xuízos sumarísimos, algún de hora e media e sempre se lle contestou absolutamente a todo». A los vecinos de Lalín les dice que «se sintan representados pola oposición, que miramos pola decencia e pola transparencia».

Santalla apuntó «incluso perdendo moitas plumas, os socialistas sempre defendemos a democracia». Indicó que «eu coñecía a outro Crespo e o que estamos vendo son actitudes que van máis alá. Si esa é a bandeira do PP, a súa maneira de actuar é a dun pequeno dictadorzuelo». Cree que el PP «ten que recoñecer que o 47 e pico % dos votantes son da oposición, máis que os do PP» y Vilariño indicó que «son 500 veciños máis» de los que votaron al PP.

Vilariño agradeció el gesto a los compañeros de la oposición considerando que el gobierno «cambiou as súas propias regras de xogo», que aplicó en otros gobiernos. Señaló que «non imos permitir que amordacen cunha maioría absoluta» que entiende deberían convertir en generosidad «e non nunha apisonadora». Cree que el gobierno buscaba no comparecer en un tema tan sensible como los servicios sociales y Cuíña preguntaba de qué tenía miedo el PP. Vilariño acusó al gobierno de «chulería e prepotencia» y recordó comparecencias que «eran a Inquisición e un terceiro grao».

CxL, PSOE y BNG destinarán la minuta de la sesión a las asociaciones

Los ediles de CxL, PSOE y BNG dijeron que dado que no pueden renunciar al cobro por la asistencia al pleno de ayer, destinarán el dinero a percibir por cada uno de ellos al colectivo o asociaciones del muncipio que están incluidas en Lalín Diverso. Vilariño explicó que «foi un pleno raro e non queremos que se empañe», alegando que «non podemos permitir ese cambio».

El debate sobre los tiempos de intervención en pleno no es nuevo y ya se aplicó en distintas sesiones, algunas del gobierno anterior en aras de limitar las intervenciones.